
Del riesgo de tragedia, en forma de un Grexit, se ha pasado en pocos días al principio de una sinfonía (acuerdo, en griego). O, al menos, a una extendida esperanza de que se pueda cerrar hoy la brecha con el Gobierno de Alexis Tsipras, para abrir un nuevo programa de rescate y así mantener a Grecia en el euro.
Las propuestas enviadas por el Ejecutivo heleno a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en la noche del jueves fueron bien recibidas en la gran mayoría de las capitales de la eurozona, quienes tendrán que correr con la factura de un nuevo rescate para los tres próximos años que puede oscilar los 65.000 millones de euros. También los mercados saludaron la propuesta helena, lo que llevó al Ibex 35 a dar el mayor salto de las principales bolsas europeas. En concreto, el principal selectivo de la bolsa española registró su segunda mayor subida del año, del 3,08 por ciento, hasta cerrar en los 11.036 puntos. Dicho avance permitió que el Ibex 35 se anotase un avance semanal del 2,3 por ciento. El mayor entre los principales índices del Viejo Continente. En él, todos sin excepción ascendieron el viernes. Salvo la Bolsa de Londres, que se quedó más rezagada, el resto consiguió avances del 3 por ciento (ver gráfico). De todas, junto a la española, quienes más celebraron la cercanía de un acuerdo fueron la francesa (Cac40) y la italiana (Ftse Mib), con alzas del 3 por ciento.
Más bandazos de Tsipras
El paquete de ajustes supone un bandazo por parte del líder griego, que acepta casi las mismas propuestas contra las que hizo campaña en el referéndum, y los griegos rechazaron. Pero la presión del colapso financiero en el país, que podría precipitar su salida de la eurozona si el BCE termina por cortar la liquidez el lunes si no llega el acuerdo, le ha llevado a dar el giro.
La primera prueba de calidad de este nuevo paquete dependerá de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Su informe, que se esperaba al cierre de esta edición, será la base para la discusión del Eurogrupo de hoy. Para preparar una posición común, los máximos responsables de la Comisión, el FMI, el Eurogrupo y el BCE mantuvieron ayer una teleconferencia para preparar un fin de semana que será crucial, en el que "en un sentido o en otro, necesitamos tomar una decisión mayúscula", dijo el responsable del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, quien calificó la propuesta helena de "texto riguroso" y subrayó que el apoyo del Parlamento griego le daría "más credibilidad". No obstante, advirtió de que "incluso así, tendremos que considerar cuidadosamente si la propuesta es buena y si los números encajan."
Los ministros de Finanzas del euro tienen que decidir si el paquete de ajustes y reformas enviado por Atenas, para ser aplicadas inmediatamente (la lista de acciones prioritarias), muestra un compromiso lo suficientemente robusto para abrir las negociaciones de un tercer paquete de ayuda, que se sume a los casi 240.000 millones desembolsados desde 2010. Los socios del euro quieren evaluar la solidez del plan y también del compromiso de este "nuevo" Tsipras reformador.
El optimismo ayer fue tal que fuentes europeas especularon con la posibilidad de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pudiera cancelar la cumbre de líderes mañana. "Si el Eurogrupo logra un acuerdo claro y sólido, Tusk estará más que contento de cancelar los encuentros", dijo una fuente comunitaria. El polaco, responsable de organizar los sanedrines europeos, había previsto incluso dos formatos: una sólo con los líderes de la eurozona para dar la bendición política al acuerdo, y si este extremo continuaba tan lejano como se vislumbró a principios de semana, una cumbre con los 28 jefes de los Ejecutivos para preparar el Grexit.
La música ayer continuó con el tono positivo de la víspera. Las propuestas de reformas son "serias y creíbles", dijo el presidente francés, Francois Hollande. París no obstante ha jugado un papel clave en ayudar al Gobierno griego en la elaboración de las propuestas para que superen el listón de sus socios.
La buena acogida también llegó de miembros de la moneda común que han sido duros con Grecia en las últimas semanas, como Malta.
El ministro de Finanzas de Eslovaquia, Peter Kazimir, ironizó con la transformación de Tsipras, comparándola con la de "una oruga en mariposa".
Fuentes de su Ministerio comentaron a elEconomista que esperaban un acuerdo hoy en el Eurogrupo. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también lo consideró una "buena base" para el acuerdo, según comentó el líder del partido liberal griego To Potami, Stavros Theodorakis, quien se reunió ayer con el luxemburgués en Bruselas.
Alemania pide más esfuerzos
Pero la prudencia mantenida ayer por Alemania y el silencio de las instituciones augura que este primer acuerdo para abrir las negociaciones todavía no está asegurado. El portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel, se limitó a decir que "tomamos nota" de la llegada de la propuesta. Fuentes diplomáticas alemanas comentan a este diario que la prudencia de Berlín se debe a que consideran que Grecia debe hacer más esfuerzos, ya que las propuestas que han puesto sobre la mesa eran las requeridas para cerrar el programa anterior (en un hipotético nuevo plazo de cinco meses) no para un nuevo plan de ayuda de tres años. "Queremos ver cuál es el plus que tiene que ofrecer Grecia", dijo la misma fuente.
Este escepticismo también es compartido por otras fuentes consultadas en las instituciones europeas, que creen que incluso si se logra el visto bueno de los ministros hoy, o de los líderes mañana si fuera necesario, todavía necesita el aprobado de seis parlamentos nacionales, sobre todo del Bundestag. Miembros influyentes del socio bávaro CSU de Merkel, como Hans-Peter Friedrich, fueron incluso más allá al considerar que las propuestas "no constituyen una base para más negociaciones", dijo en declaraciones a Reuters. Una oposición que resuena en amplios sectores de la Cámara alemana y de otros rincones de Europa, y que seguramente auguran nuevas turbulencias en esta saga griega.