Economía

El déficit financiero arrodilla a Grecia, que precisa ayuda externa para pagar

Grecia será incapaz de hacer frente a sus obligaciones financieras durante los próximos cuatro meses sin financiación externa, según fuentes del Ministerio de Finanzas griego. De acuerdo a esas mismas fuentes, el déficit fiscal del país se ha disparado hasta los 5.000 millones de euros-estimaciones más pesimistas lo calculan en 7.000 millones-, en lugar de los 2.500 millones de euros que estaba previsto antes de las elecciones del enero pasado. Y lo que es más grave: hasta el mes de junio, esta brecha puede llegar a los 11.000 millones.

Al mismo tiempo, el equipo económico del Gobierno heleno se enfrenta también al problema de la insuficiencia de los ingresos: solo en el mes de enero de este año, se ha creado un déficit de 1.000 millones de euros, debido al colapso de los ingresos tributarios en un 23%. Las previsiones para el mes de febrero también son particularmente sombrias, del mismo modo que para los próximos meses.

Tanto marzo como abril serán meses llenos de obligaciones financieras para Grecia. El Estado tendrá que pagar intereses, letras del Tesoro y también cinco cuotas de los préstamos concedidos por el Fondo Monetario Internacional.

¿Cómo pagará lo que debe?

Yanis Varufakis, el titular de la cartera de Finanzas, ha admitido que aunque no habrá ningún problema de liquidez para las obligaciones públicas internas, Atenas lo tendrá difícil para pagar lo que debe al FMI (que junto con los intereses asciende a 2.500 millones de euros) y también los bonos del Banco Central Europeo, unos 7.000 millones durante julio y agosto próximo. En cuanto al déficit fiscal de enero, Varufakis aparece tranquilizador subrayando que dentro de los próximos dos o tres meses esa brecha fiscal habrá desaparecido.

La clave de la solución al déficit financiero la tiene el Banco Central Europeo (BCE), que queda por ver si llevará a cabo una actitud más favorable después de la aprobación de la prórroga de cuatro meses. El mismo Varufakis declaró que cuenta con el respaldo del BCE para cubrir las necesidades financieras del país, a finales de marzo. Como se ha señalado, el BCE podría dirigir directamente al FMI los 1.900 millones de euros que Grecia reclama de las ganancias de los bonos griegos distribuidos en los bancos centrales de la zona euro.

Mientras en Europa crecen las voces que argumentan sobre un posible tercer paquete de ayudas para Grecia (de 20.000 hasta 30.000 millones de euros), Grecia tiene, sin embargo, que seguir su camino contando con sus propias fuerzas.

El país se encuentra ya en el séptimo mes (desde el agosto pasado) sin recibir ayudas del paquete de rescate, a pesar de las presiones que recibió la economía y los fondos públicos, principalmente durante la campaña electoral. Un punto alentador es que, después de la prórroga de cuatro meses que se consiguió la semana pasada, han regresado a los bancos griegos alrededor de 700 millones de euros, tal como declaró Varufakis.

Sin embargo, la posibilidad de cubrir el déficit financiero dependerá del flujo de ingresos a los fondos públicos, así como también de los ingresos procedentes de los fondos europeos de cohesión.

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