
El profesor de Economía del Instituto Universitario Europeo, Juan Dolado, cree que España es un país que a día de hoy no ofrece un buen escenario laboral para los jóvenes. La reforma laboral de 2012 no ha terminado con la dualidad ni con otras ineficiencias. Además, existe un exceso de titulados universitarios mientras que la formación profesional es de baja calidad, lo que no ayuda a la mejora de la productividad y competitividad del sector productivo. Descárguese aquí el libro de Juan Dolado, '¿No es país para jóvenes?'
En un artículo publicado en Voxeu, Dolado señala que España, Grecia, Italia y Portugal han sido los países más castigados por la crisis, la austeridad y la devaluación interna.
El desempleo juvenil y los ratios de los conocidos coloquialmente como 'ninis' ya eran elevados antes de que comenzara la crisis económica en estos países por varias razones: "Los 'mini-salarios' de los jóvenes, una formación profesional de baja calidad, un exceso de oferta de universitarios y la dificultad para implementar programas de aprendizaje por el pequeño tamaño de las empresas que emplean a un elevado porcentaje de la población", asegura Dolado.
Con la crisis económica, varios de estos problemas se han intensificado, con el agravante de que el desempleo, en general, ha crecido con mucha fuerza, sobre todo en Grecia y España.
Aún así, este economista asegura que "aunque Grecia ha sufrido un descenso del PIB muy superior a la de España, es este país el que presente los resultados más dramáticos en cuanto a desempleo juvenil se refiere. Este fenómeno ya ocurrió en España durante las recesiones vividas a mediados de los 80 y la de comienzos de los 90".
Y es que España parece haber sido ejemplo de casi todas las ineficiencias que se puede presentar un mercado laboral: "dualidad, un enorme brecha de protección entre los empleos indefinidos y los definidos, altos costes burocráticos, rigidez de los salarios, inversión en sectores de bajo valor añadido que son proclives a utilizar contratos temporales (la construcción y el turismo) y escasa formación dentro del área de trabajo".
Todos estos factores han convertido a los contratos laborales temporales en una especie de callejón sin salida, no sólo para los jóvenes poco cualificados sino que también para muchos con formación universitaria: "La reciente reforma del mercado laboral en 2012 ha reducido mínimamente la brecha de protección laboral entre indefinidos y temporales, aunque sí es cierto que la descentralización de la negociación colectiva ha tenido éxito y funciona, aunque quizá ha ido demasiado lejos", asegura Dolado.
Parece que la situación va a tardar demasiado en cicatrizar, las ineficientes políticas activas de empleo, basadas en la subvención y las limitaciones del aprendizaje dentro de las empresas, hacen planear que a pesar de la recuperación económica la situación no puede mejorar mucho para los jóvenes.
Como se puede observar en los últimos datos de empleo, la creación de empleo en los últimos meses ha estado apoyada en la creación de trabajos temporales y empleos a tiempo parcial. Con este panorama no se puede descartar que dentro de unos años se pueda volver a repetir una burbuja inmobiliaria.