0,56%, esa es la tasa oficial de paro de Tailandia al cierre de 2014. Una de las más bajas del mundo y de su región, ya que Filipinas por ejemplo tiene un 6% de desempleo.
Tampoco es un fenómeno reciente: la tasa de paro se ha mantenido por debajo del 1% durante la mayor parte del tiempo desde 2011, y el tipe fue del 5,73% en enero de 2001, cuando la Oficina Nacional de Estadística comenzó a publicar los datos mensuales. ¿Cómo ha llegado a ser tan baja?
"Nuestro paro es tan bajo no porque utilicemos una definición diferente a otros países, sino por nuestros problemas estructurales", explica Chirathep Senivongs Na Ayudhya, portavoz del Banco de Tailandia. "El sector agrícola absorbe trabajadores y aquellos que no encuentran trabajo siempre pueden buscar empleos en el sector informal o haciendo algo por su cuenta".
Nada es gratis
Además, como no hay apenas subsidio por desempleo, la gente no tiene incentivos para mantenerse en el paro. Aquellos que son despedidos acaban en el denominado sector informal o buscan un empleo a tiempo parcial, por lo que la estadística les refleja como empleados.
En Tailandia, más del 40% de la población trabaja en la agricultura, donde hay una gran cantidad de subempleo y desempleo estacional. El subempleo cuenta como empleo y supone alrededor del 0,5% del total. Si, por ejemplo, pierdes tu empleo en un banco y vuelves a casa y echas una mano en la granja de tu padre al menos una hora a la semana, se considera que estás empleado.
Envejecimiento
El envejecimiento de la población es otro factor a tener en cuenta. La tasa de fertilidad entre 2010-2015 fue de 1,4, frente a los 3,4 de Filipinas, según las estimaciones de la ONU. Además, la población de más de 60 años supone ya el 15% del total, frente al 7% de 1994, lo que ha hecho que se redujera la fuerza laboral del país.
Human Rights Watch calcula que en el país hay unos 3 millones de trabajadores inmigrantes de Camboya, Laos y Myanmar, y la mayor parte de ellos sin papeles. Esto hace difícil estimar su impacto en el mercado laboral, y aunque el gobierno ha tratado de registrarlos, la barrera lingüistica supone un grave problema.
Por último, el sector informal de la economía, que engloba a todo aquel que no tenga un contrato o acuerdo laboral formal, suponía en 2013 más del 64% del total. Este sector incluye, por ejemplo, a los vendedores ambulantes o los clásicos tuk-tuks. La mayor parte de los empleos en negro cuentan como empleados.