
La economía española está creciendo al mayor ritmo desde que comenzó la crisis, hace ya siete años. Este aumento de la producción convive con una sensible caída de los precios. Ésta es una combinaciones que se da en extrañas ocasiones, deflación y crecimiento económico. Según los economistas puede suceder cuando la deflación es de la 'buena', como parece ser en el caso de España.
La deflación 'buena' se produce por un aumento de la oferta gracias a los incrementos de la productividad. Este tipo de deflación desemboca en aumentos salariales en términos reales, una demanda estable y un buen comportamiento de los activos financieros, según Deutsche Bank.
Este es el tipo que de deflación que está sufriendo España. Por eso el consumo crece y la producción aumenta a la vez que los precios caen, lo que aumenta el poder adquisitivo de los consumidores. Además esta caída de los precios superior al resto de los países de la Eurozona hace los bienes y servicios producidos en España más atractivos para el resto de países.
Desde Morgan Stanley se explica al Financial Times: "El gasto en consumo y la inversión empresarial están contribuyendo de forma espectacular a la recuperación. El desempeño de la economía española está siendo mejor de lo que se esperaba, porque la recuperación no es sólo gracias al motor de las exportaciones, ahora hay dos motores: las exportaciones más la demanda nacional".
Las presiones deflacionarias en España son grandes, señala el diario británico, la caída del 0,4% en noviembre, del 1% en diciembre y del 1,4% en enero muestran que la caída de los precios se están intensificando, pero la mayoría de los analistas consideran que es deflación 'buena'.
Esta caída de precios no está desembocando en una caída del consumo ni en el retraso de las decisiones de compra de los agentes económicos. Las ventas al por menor en diciembre crecieron un 6,5% respecto al mismo mes del año anterior, el mayor ritmo en más de una década.
"La recuperación tiene cada vez un paso más firme, España se está consiguiendo ventaja y varios factores que apoyan el despegue de su economía en 2015: menores costes de la energía, un euro más débil y una reducción del IRPF y del Impuesto de Sociedades", sentenció Raj Badiani, analista de IHS Global Insight.