Economía

Grecia resucita el debate sobre el endeudamiento soberano

El endeudamiento soberano en la eurozona supone un flujo futuro de superávits públicos primarios que puede ralentizar la recuperación de los países más endeudados y aumentar la carga de la deuda a medio plazo, entrando en un círculo vicioso.

Es la advertencia que analistas y expertos internacionales lanzan a los responsables europeos, y que actualmente cobra fuerza, debido a la especulación sobre una hipotética salida de Grecia del euro.

Para evaluar la magnitud del problema del endeudamiento europeo basta con echar mano de las cifras: en 2013, Grecia, Irlanda, Portugal e Italia tenían una deuda que superaba el 120 por ciento de sus PIB, mientras que Bélgica y Chipre tenían un pasivo del 100 por ciento de su riqueza nacional.

A falta de conocer el cierre de 2014, se sabe con certeza que todos ellos, al igual que España y Francia, han incrementado su endeudamiento de forma considerable.

No extraña, por tanto, que institutos de análisis nacionales e internacionales, entre ellos Funcas o Freemarket, adviertan en sus informes sobre el peso de la deuda pública en Europa y planteen alternativas para una reducción de la misma.

En el fondo, la pregunta que subyace es si la eurozona necesita reestructurar la deuda soberana y, en su caso, cómo hacerlo. Desde 2008, se han presentado propuestas de dos tipos: las que suponen mutualización y las que buscan un proceso ordenado de reestructuración, ya sea instantánea o gradual.

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