Economía

El papel de Grecia en la UE y la cercanía al poder de Tsipras alejan a Syriza de Podemos

  • Las diferencias entre Grecia y España separan el recorrido de ambos
  • Syriza es probable que cambie su discurso hacia una austeridad 'suave'
Foto: Archivo

La formación pujante en Grecia, Syriza, y el partido revelación de las europeas en España, Podemos, se asemejan en sus postulados y su alineación política, pero la diferente coyuntura y peso de ambos países en Europa separa el recorrido de una y otra formación. Podemos y Syriza quieren enriquecer al Estado a costa de empobrecer más a la población.

Syriza es un partido con una década de solera y más experiencia. No se trata de una fuerza política de nuevo cuño, sino que atesora ya una expertise y está destacada en el Parlamento heleno, al contrario que Podemos, que aún no tiene representación en las Cortes españolas, explica el profesor del IEB Miguel Ángel Bernal.

Precisamente por eso, y ante la cercanía del poder -los sondeos atribuyen un 28 por ciento de los votos a Syriza-, su líder, Alexis Tsipras, mide convenientemente la moderación de su discurso para adecuarlo a las demandas europeas, sin perder la esencia de sus promesas.

La diferencia entre España y Grecia

En este sentido, expertos consultados por elEconomista indican que es esencial apreciar la diferente posición de España y de Grecia en la UE para entender las claves que separan a Syriza de Podemos, pese a ser fuerzas de la misma ideología. Grecia ha sido rescatada y a España como país no le ha sido aplicado un salvamento europeo, algo que diferenciaría radicalmente la eventual llegada al Gobierno de una y otra formación.

Tsipras sería un duro negociador, explica el profesor del CEF Juan Fernando Robles, porque la economía helena aún dirime extremos de su rescate con la troika, mientras que España no afronta ese tipo de problemas en su relación con Bruselas. Además, el peso del PIB heleno en Europa es insignificante, mientras que España tiene carácter sistémico y es una de las principales economías de la eurozona.

Robles identifica la similitud esencial entre ambas formaciones: "Se basan en rentabilizar el discurso populista que cala en una población cansada de una larga crisis y de los ajustes, para al final moderar sus propuestas más osadas y terminar defendiendo un modelo que siempre acaba elevando la deuda y el déficit. Es decir, que desembocaría en subidas de impuestos".

Syriza nació como una coalición. Podemos no es una coalición. De hecho, su líder, Pablo Iglesias, rechaza ese modelo, al entender que es una "sopa de letras". Además, la formación helena ya es un partido consolidado, frente a Podemos, que es una formación recién nacida.

Suavizar el tono

Hay miembros de Syriza con raíces más de extrema-izquierda o de izquierda extraparlamentaria que no han dejado de reclamar la abolición del sistema parlamentario, pero Tsipras trata de someter la ideología de sus filas a los mecanismos de poder de la democracia parlamentaria. Lo va logrando. Palabras como anarquía o comunismo se han borrado hace tiempo del vocabulario de Syriza.

Tsipras ha presentado el plan económico y financiero de Syriza, subrayando que es realista y factible. Algo que también ha hecho Podemos, reformulando y suavizando algunas de sus primeras propuestas más atrevidas, como la renta básica universal o la negativa a pagar una parte de la deuda a dictaminar por la ciudadanía.

Syriza es consciente de que Grecia no dejará de necesitar ayudas para pagar su deuda, y de que si el BCE deja de proporcionar liquidez, el sistema bancario se encontrará pronto en un ambiente asfixiante. No en vano, Tsipras se ha afanado en asegurar que garantizará los depósitos.

Es cierto que un Gobierno de Syriza puede esperar una ola de hostilidad por parte de la UE, por eso lo probable es que cambie su discurso antiausteridad por el de una austeridad suavizada, que cifra en su objetivo de mantener presupuestos equilibrados en vez de los superávit que requiere la troika.

Syriza coincide con Podemos en su voluntad primigenia de rebajar el pago de la deuda, pero también ha moderado y reconducido sus propuestas previas. Ahora prevé renegociar con la troika para suprimir parte del valor nominal de la deuda, estableciendo una "claúsula de desarrollo" para lograr un periodo de gracia que permita redirigir el alivio del pasivo hacia el desarrollo y pedirá la exclusión del programa de inversión pública de las limitaciones del Pacto de Estabilidad.

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