Economía

¿Quiebras a la vista?: El crudo, Rusia y la incertidumbre desatarán la volatilidad de la deuda soberana en 2015

Agárrense que vienen curbas. La caída de crudo puesto en jaque la sostenibilidad de muchos países y estados dependientes de la producción del oro negro, que ya sufren en sus propias carnes la sangría en los precios. Moody´s rebajó ayer la calificación de Alaska, uno de los principales estados de la mayor economía del mundo que dependen del petróleo, mientras países como Venezuela penden de un hilo y tontean con el impago. En Rusia ya se descuenta una recesión económica el año que viene y hay quien habla de depresión al despertar la pesadilla de la crisis asiática de 1998.

En una columna firmada por Mohammed El-Erian en Bloomberg, este maestro de la renta fija, quien militó en PIMCO antes de una abrupta salida, señala que la volatilidad de la deuda soberana podría marcar buena parte del año que viene. "Si los rendimientos no reflejan crecientes divergencias en los fundamentos económicos y financieros, se pondrá más presión sobre los mercados de divisas a la hora de utilizarse como mortiguadores globales", explica.

"Cuanto más se extienda esta dinámica, mayor es el riesgo de que los grandes movimientos en el mercado de divisas acaben por romper algo más en el sistema", indica. Por otra parte, advierte El-Erian, los movimientos agudos en los rendimientos que mejor reflejen los riesgos de crédito y también pueden causar problemas. "Por ejemplo, haciendo mucho más difícil a los gobiernos con las finanzas más débiles pedir prestado para financiar sus vencimientos de deuda", justifica.

En lo que llevamos de año, la caída en los rendimientos de la deuda soberana, especialmente en Europa, ha hecho caso omiso a la realidad económica de muchos países si miramos sus perspectivas de crecimiento y el estado de sus finanzas públicas. Sólo excepciones como Rusia, Grecia o Brasil reflejan la percepción de un mayor riesgo crediticio.

Según El-Erian que países como España, Italia o Portugal hayan logrado mínimos históricos en sus rendimientos ha dependido de tres factores. A excepción de EEUU, la mayor parte de las economías sistémicas han visto un deterioro en sus proyecciones de crecimiento. A ello hay que sumar la caída en las proyecciones de inflación, especialmente ahora que el crudo opera en mínimos desde 2009. Por último, muchos inversores se han mantenido fuera del mercado de deuda soberana de EEUU, Alemania y Japón, e incluso invertido en su contra, con la expectativa de que la rentabilidad subiría y los precios caerían. Dado que el mercado ha ido en la trayectoria contraria, muchos se han visto obligados a comprar bonos para desahacer posiciones.

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