
Middelaar, asesor de Van Rompuy, asegura que ha habido mucha improvisación.
¿Ha habido improvisación en esta crisis? Luuk Van Middelaar guarda silencio. Él es un hombre de palabras, nada menos que la voz del Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, el director de orquesta de la banda de líderes europeos. El silencio continua. En el gesto reflexivo de Van Middelaar se adivina el recuerdo de todas las agónicas cumbres de los jefes de Estado y de Gobierno que ha seguido durante los últimos cinco años desde una pequeña sala contigua.
"Sí", -responde finalmente- "bueno, como cuando se creó, el primer fin de semana de mayo de 2010, la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera (el fondo de rescate temporal)". "Desde luego fue improvisación. Cuando un país está a punto de irse a la quiebra no tienes tiempo de pedirle a la Comisión Europea que publique un libro blanco y consulte a todas las partes. Se hizo en 48 horas", recuerda.
Van Middelaar, autor y filósofo político holandés, mantiene todavía el gesto y las maneras de quien procede del campo de la reflexión política, y no de la arena de la acción. Pero a pesar de ser un "outsider", como se observa, aceptó la invitación para asesorar y escribir los discursos del belga Van Rompuy, primer presidente del Consejo Europeo, quien llegó a su cargo justo cuando la crisis empezaba a desplegar toda su fuerza.
Al holandés no le costó entablar una relación de confianza y entendimiento con el belga, como tampoco tardarían en llegar las agónicas cumbres hasta altas horas de la madrugada, en las que el propio Van Rompuy tejió acuerdos imposibles entre los defensores de la austeridad, capitaneados por Berlín, y los que pedían más solidaridad para amortiguar la embestida de la crisis, como España, Italia o Francia. Y fue precisamente en junio de 2012, al coordinarse finalmente Madrid, Roma y París, cuando se metió el bisturí en la verdadera herida de la Gran Recesión. "Fue la cumbre más importante de los últimos cinco años", destaca Van Middelaar. La cita de la llamada Unión Bancaria.
Resistencia alemana
"Había mucha tensión, los líderes habían llegado con otras expectativas a Bruselas. Pero, por primera vez, decidieron ir directamente al corazón del asunto, y mirar a los bancos para romper el vínculo entre las entidades débiles y los Estados con financias públicas débiles".
Mientras en las pantallas de televisión la prensa internacional veía como Italia derrotaba a Alemania en las semifinales de la Eurocopa, el Presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, junto al italiano Mario Monti y el francés François Hollande, logró lo que se veía como imposible: romper la resistencia de Angela Merkel para una recapitalización directa de los bancos desde fondos europeos. "Nadie esperaba este resultado, ni siquiera nosotros, que hasta mandamos al equipo de prensa a dormir a las tres de la mañana".
Para Van Middelaar, la llamada Unión Bancaria representa "un equilibrio entre más responsabilidad y más solidaridad" forjada gracias al "dramatismo" de unos meses en los que los mercados empujaron a hacer cosas en cuestión de horas. Sin embargo, de aquella Unión Bancaria ha quedado una supervisión centralizada, como quería Berlín, mientras que la recapitalización directa a la banca "fue diluida, lo que es algo desafortunado", lamenta.
¿Se puede decir entonces que la respuesta de la crisis ha sido equilibrada? El autor proclama un sí rotundo. Y tras rumiar la respuesta en su mente vuelve a la explicación. "Es equilibrada porque los líderes llegaban a Bruselas con sus mejores causas y argumentos, y el resultado casi siempre era equilibrado políticamente: todo el mundo era igualmente feliz, e infeliz".
Pero es difícil ver el aprobado al ver la crisis como un test no sólo para la economía, sino también para las instituciones y la política de la UE, y sobre todo la solidaridad entre los socios. "Hemos superado el riesgo de ruptura del euro, pero económicamente, desde luego aún estamos en crisis", sentencia.
A partir del próximo 1 de diciembre, el ex primer ministro polaco, Donald Tusk, tomará el relevo a Van Rompuy para lograr el esperado equilibrio frente a una crisis que aun plantea los mismos dilemas.