
El semanario británico The Economist recomienda al Gobierno español que permita la celebración de un referéndum en Cataluña, pero también apunta a que Cataluña debería optar por seguir siendo parte de España. "La cuestión ahora es si Rajoy quiere tratar a los catalanes como adultos". Artur Mas se da un mes para desvelar si adelanta o no elecciones automómicas en Cataluña.
The Economist asegura que ni el Gobierno central ni el autonómico tienen razón: lo ocurrido el pasado 9-N ni fue un "fracaso" como defendió Mariano Rajoy; ni tampoco mostró que una mayoría de catalanes quisiera la independencia. "El argumento para celebrar un referéndum es fuerte, pero si hay uno, Cataluña debería votar para permanecer en España".
Una postura justa y pragmática
A pesar de las comparaciones con Escocia, la revista mantiene que Cataluña no es lo mismo, tanto por peso como por importancia. Planteado el problema, la solución más justa y práctica pasaría por permitir un referéndum.
En primer lugar, "sería equivocado obligar a Flandes seguir siendo Bélgica, a Quebec seguir siendo Canadá y a Escocia seguir siendo Reino Unido si una mayoría clara de votantes prefiere la independencia".
En segundo lugar, recuerda que hasta hace poco, las encuentas muestran que aunque la opción independentista no es mayoritaria, lo que sí es claro es que una enorme mayoría apoya el derecho a decidir. Rechazar la segunda demanda parece que ayuda precisamente al independentismo.
Votar con y en condiciones
Por todo ello, The Economist se muestra partidario de que se celebre un referéndum en España. Sin embargo, añade que se deberían establecer condiciones, como se hizo en Canadá.
Entre ellas, por ejemplo, cita que la participación debería superar el 80% e incluso propone que se realice una segunda votación para ratificar el resultado tres años después. Además, la pregunta debe ser clara para que se obtenga una respuesta clara.
El Gobierno español, continuúa, debería dedicar toda su energía a persuadir a los catalanes para que se queden. Y le ofrece su apoyo, "como en el caso de Escocia, este periódico estará de su lado".
Cataluña no se puede quejar
"Cataluña no puede afirmar de manera verosímil que es víctima de opresión por parte del gobierno central. Los negocios y las finanzas catalanas se han beneficiado de ser parte de España. Un exceso de nacionalismo catalán es más un peligro que ya ha dañado a la industria de la comunicación en Barcelona", explica.
El Ejecutivo español puede imitar al británico y hacer mucho para convencer a los catalanes. En primer lugar, puede dar marcha atrás sobre el recorte del Estatuto de 2010 y también puede acordar cambios constitucionales sobre el reparto de poderes.
Eso sí, recuerda que España es el país más descentralizado de Europa, aunque resalta el problema de la financiación, ya que aunque el gasto lo realicen las Comunidades Autónomas, muchas veces deben seguir las directrices y políticas de Madrid. Por ello, recomienda que se reexaminen las competencias fiscales y apunta a que una estructura federal similar a la de Alemania podría encajar bien tanto para España como para Cataluña.
The Economist termina con un llamamiento para el presidente. "Con un gobierno imaginativo, Cataluña bien podría votar para quedarse en España. Pero el asunto ahora es si el señor Rajoy quiere tratar a los votantes como adultos en los que se puede confiar para decidir sobre su propio futuro político. Rechazando incluso plantear un referéndum no lo está haciendo".