
Continúan las dificultades para desplazarse en Alemania. Las protestas de los pilotos y de los servicios ferroviarios están bloqueando las comunicaciones por tierra y por aire durante en los últimos días debido a las movilizaciones laborales, cada vez más frecuentes en un país que ya no se siente inmune a la crisis económica.
Durante el fin de semana, la tercera huelga de maquinistas de este mes de octubre ha causado numerosas cancelaciones y retrasos en todo el país. El parón coincide con el inicio de las vacaciones de otoño en algunos Länder, dos semanas de descanso que solo en Berlín afectan a más de 300.000 estudiantes.
El Deutsche Bahn (DB) ya había cancelado el miércoles pasado dos tercios de los trenes de larga distancia, regionales, de carga y de cercanías (los que conectan una ciudad con zonas suburbanas). Los maquinistas reclaman un aumento salarial del cinco por ciento y una reducción de dos horas en la semana laboral. El estancamiento de las negociaciones con la empresa de ferrocarriles alemanes Deutsche Bahn ya provocó hace dos semanas, el 5 de octubre, otra huelga que afectó a miles de pasajeros.
El sindicato GDL acusa a la empresa de negarse a negociar cambios en el convenio. "DB quiere que nos quedemos quietos hasta desaparecer legalmente", criticó el jefe de GDL, Claus Weselsky. La dirección de la compañía rechaza las acusaciones. Los usuarios expresaron su indignación en las redes sociales al sufrir las consecuencias de un conflicto que, si los implicados siguen sin mover ficha, no lleva camino de solucionarse.
Paros en Lufthansa
Además de los tres días de caos ferroviario, Alemania está sufriendo un parón en el transporte aéreo. Los pilotos de Germanwings, filial de bajo coste de Lufthansa, hicieron una huelga en todo el país que causó la cancelación de alrededor de cien de sus 500 vuelos previstos para ese día y que afectó a miles de pasajeros.
Aunque Germanwings no opera en Fráncfort y Múnich, los dos aeropuertos principales del país, el tráfico en los aeropuertos de Colonia/Bonn, Berlín, Düsseldorf, Dortmund, Hannover, Hamburgo y Stuttgart se vio afectado por el paro.
Y tras estos paros, hoy arrancan las protestas de los pilotos de Lufthansa. En total, la compañía aérea alemana ha cancelado 1.400 vuelos por la huelga de 35 horas, que comenzará hoy con los vuelos de corta y media distancia y va a afectar a unos 200.000 pasajeros. A partir del martes, la huelga se trasladará también a los vuelos de larga distancia.
El conflicto se debe a las modificaciones en el régimen de prejubilación de cerca de 5.400 pilotos de Lufthansa, Lufthansa Cargo y Germanwings. Desde abril, el sindicato de pilotos Vereinigung Cockpit (VC) ha organizado seis jornadas de huelga que han afectado a 4.300 vuelos y a cerca de 500.000 pasajeros.
Sindicatos más débiles
En Alemania no existe el derecho individual de huelga. Se admiten como legales solamente los paros de actividades convocados por los sindicatos (no por comités de empresa) y siempre en el contexto de la negociación de un convenio colectivo. Además, a diferencia de España, en Alemania las huelgas generales y políticas no serían admisibles. A lo largo de su historia la mayor incidencia de huelgas se dio en la industria. Sin embargo en los últimos años han aumentado las huelgas en el sector de servicios públicos y privados, como la salud o los ferrocarriles.
Según un estudio de la Fundación Friedrich-Ebert, entre los años 2000 y 2011 el número de trabajadores germanos afiliados a un sindicato descendió del 25 al 19 por ciento, lo cual restó fuerza a las negociaciones colectivas y frenó la evolución de los salarios.
Desde finales de los noventa, los trabajadores alemanes han tenido que hacer frente a la creciente introducción de programas de reducción de costos, externalizaciones, cierres y deslocalizaciones. Las empresas muestran menos disposición a tener en cuenta a los sindicatos y comités de empresa, los principales medios que una clase trabajadora cada vez más debilitada tiene para defender sus derechos.
Las señales de agotamiento que ha dado la economía alemana las últimas semanas han puesto en alerta a los mercados y el gobierno de Merkel ha recibido toques de atención desde todos los frentes. Aun así los responsables de Economía, Sigmar Gabriel, y de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se han agarrado a la "solidez" del mercado laboral para rechazar un cambio de rumbo en sus políticas económicas.
Los 'minijobs'
Pero ¿es realmente tan robusto ese mercado? El desempleo en Alemania se sitúa en el 6,5 por cierto, casi un punto por debajo de la media de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), y muy lejos del 24,3 por ciento de paro español.
A primera vista las cifras son buenas, pero si se observan con lupa, más de 7 millones de trabajadores, aproximadamente el 20 por ciento del total, tienen un minijob.
Esta forma de empleo, para muchos marginal, permite al trabajador ganar hasta 450 euros al mes libres de impuestos trabajando unas horas determinadas. Pero el salario por hora de un minijob es generalmente bajo y el empleado no dispone de los mismos beneficios que otro con un puesto regular.