
El impacto de la crisis económica sobre las cuentas nacionales de España tuvo en 2012 un efecto inédito: por primera vez en lo que va de siglo, nuestro país recaudó más por la suma de cotizaciones sociales de autónomos y parados (18.849 millones de euros, el 1,8% del PIB) que por las cuotas abonadas directamente por los asalariados (17.837 millones, es decir, el 1,7% del PIB).
Así lo refleja el último boletín de recaudación fiscal publicado por la oficina estadística europea, Eurostat, que muestra otra singularidad española: es el único país de la eurozona en el que esto sucede, ya que el resto de miembros del club de los Dieciocho ingresa bastante mayor porcentaje del PIB por cotizaciones de trabajadores que por autoempleados. Gráfico: Recaudación por cotizaciones sociales en Europa.
Los efectos de la crisis
Esta excepción española va ligada a la crisis, que por una parte ha incrementado con fuerza la cifra de parados -los que cobran prestación abonan asimismo cotizaciones sociales- y por otra ha conducido a muchos desempleados a optar por la fórmula del trabajo autónomo; dos factores que combinados explican en parte el alza de recaudación por cuotas de estos dos colectivos, en detrimento de las que abonan los asalariados.
Pero, además, Eurostat confirma la gran carga que en España suponen las cotizaciones para los empleadores (empresas y autónomos) respecto a las que se descuentan directamente de la nómina mensual de los asalariados. De hecho, según las estadísticas homogéneas europeas, nuestro país fue en 2012 el octavo de la UE que mayor caja hizo con cotizaciones de autónomos y el séptimo que más recaudó por cuotas de empresarios, mientras fue de los últimos -quedó en vigésimo cuarta posición- en aportaciones de afiliados al régimen general.
Hay que matizar, no obstante, que la parte que abona la empresa es una suerte de salario diferido, y que si las cotizaciones fijadas por el Gobierno fueran menores, el sueldo de los trabajadores sería mayor.
Con todo, las consecuencias de la crisis sobre los ingresos fiscales del Estado español son evidentes. Una de las razones que explican la curiosa mayor recaudación en 2012 por cotizaciones de autónomos y parados es, según María Jesús Fernández, analista de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que "precisamente 2012 fue el año de mayor caída del empleo, y por tanto se dio un importante trasvase de cotizaciones desde el grupo de asalariados hacia el de desempleados. De ahí la pérdida de peso de las primeras y el alza de las segundas. La caída de peso de las primeras es mayor que el incremento de las segundas, pues las cotizaciones que paga una persona cuando trabaja son mayores que si está desempleada".
Es decir, al haberse disparado con la crisis el número de los desempleados se habrían disparado asimismo las cotizaciones de este colectivo -mientras cobra prestación-, "que habrán más que compensado el descenso de las cotizaciones procedentes de los autónomos que cesan en su actividad", tal y como resume la experta de Funcas.
Bajar cuota para crear empleo
Entre las asociaciones de autónomos hay consenso en que aliviar la carga de las cotizaciones sociales impulsaría la afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Según valora Sebastián Reyna, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (Upta), "el coste de entrada al Sistema es alto. La inmensa mayoría cotiza por la base mínima (cuota mensual de unos 260 euros) debido a este alto coste, que supone una gran carga en el inicio de cualquier negocio". Para Reyna, la bonificación de cuotas que permite la tarifa plana ha reactivado las altas de autónomos en 2014, "aunque habrá que esperar a finales de 2014, cuando se cumpla el año y medio de los primeros períodos de bonificación, para ver el resultado".
Por su parte, Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), cree que "reducir cotizaciones siempre genera empleo, como pone de manifiesto la tarifa plana, que ha ayudado a que en 18 meses 267.000 personas se hagan autónomos, y la contratación, que ha ayudado a crear 110.000 contratos indefinidos". Según el responsable de ATA, "se debería articular un sistema para que a aquellos que apenas llegan a 8.000 euros anuales de rendimientos netos se les reduzca la cuota, para que no sea una carga insoportable o les lleve a la economía sumergida".
Elegir las bases de cotización es clave, según Camilo Abiétar, presidente de la Federación de Organizaciones de Profesionales, Autónomos y Emprendedores (OPA), quien ve "muy positivo el proyecto en el que trabaja el Ministerio de Empleo, y que posibilitaría que los autónomos puedan elegir sus bases de cotización cada mes en lugar de dos veces al año". La medida, que afectaría a los profesionales que presenten la solicitud de cambio de base por medios telemáticos, "permitiría adaptar las cotizaciones a sus ingresos reales", sostiene Abiétar.