
Italia alega problemas de agenda pero tampoco ha ofrecido una alternativa. La cumbre extraordinaria de líderes de la UE sobre empleo y crecimiento, que se iba a celebrar en el país transalpino a principios de octubre promovida por el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el presidente francés, François Hollande, se ha cancelado.
La cita, la enésima de estas características, iba a celebrarse esta vez en un contexto de inquietud en los 28 estados miembro por el debilitamiento de la recuperación económica. El objetivo era dar seguimiento a las reuniones previas sobre paro juvenil que se celebraron en Berlín en julio de 2013 y en París en noviembre de 2013.
El encuentro formaba parte de una serie de iniciativas acordadas por los líderes europeos en la cumbre del 30 y el 31 de agosto para debatir cómo hacer frente al estancamiento de la economía y la baja inflación en la zona euro.
Entre las últimas iniciativas promovidas por los socios de la Unión Europea figura la creación de un fondo para combatir el paro juvenil, del que ya se empezó a hablar en 2012. Pero hasta ahora no se ha pagado ni un euro de estas ayudas, pese al compromiso de los líderes europeos de concentrar el gasto en 2014 y 2015.
También está en el aire, por ejemplo, el plan de inversión público-privado que anunció Jean-Claude Juncker durante su investidura por valor de 300.000 millones de euros para hacer frente al estancamiento de la economía europea.
"Hemos dado mandato a la Comisión y al Banco Europeo de Inversiones para que preparen rápidamente los primeros informes sobre medidas concretas que pueden adoptarse", explicaba hace unos días el ministro italiano de Finanzas, Pier Carlo Padoan.
A pesar de las propuestas, al final Europa camina de cumbre en cumbre sin que llegue a concretarse casi nada, mientras el Banco Central Europeo (BCE) insiste una y otra vez en que los gobiernos deben hacer más reformas por parte de los gobiernos.
El BCE pide más
No en vano piensa que entre los riesgos a la baja para la evolución de la economía de la Eurozona destaca la insuficiencia de las reformas estructurales adoptadas, mientras redobla su apuesta para intentar revitalizar la economía de la Eurozona.
Al final, las únicas propuestas que se materializan son las que provienen de la institución monetaria, aunque se desconoce todavía si las medidas anunciadas por el BCE funcionarán o no.
En junio, el organismo que preside Mario Draghi además de recortar el precio del dinero y cobrar a la banca por guardarle el dinero, comunicó la puesta en marcha de inyecciones de liquidez de hasta 400.000 millones a la banca para que se canalice hacia pymes y familias y así lograr relanzar la economía del euro. Esta última medida ha tomado cuerpo precisamente hoy con la primera de las megasubastas.
Pero además, en su reunión de septiembre, el organismo volvió a rebajar el precio del dinero, hasta un mínimo del 0,05% al tiempo que sorprendió con la puesta en marcha de un programa de estímulo para mejorar las perspectivas de crecimiento y de precios.
Al final, la UE parece estar hoy solo en manos del Banco Central Europeo (BCE), mientras mira hacia la próxima reunión de los líderes europeos a finales de octubre y espera paciente a que con la puesta en marcha formal de la nueva Comisión de Jean-Claude Juncker, se presenten las nuevas propuestas de inversión para impulsar de una vez el crecimiento y el empleo.