
Cuando Mario Draghi anunció su paquete de medias el pasado mes de junio, mandó un mensaje claro: las nuevas inyecciones a la banca estarían condicionadas a que se destinasen al crédito. Sin embargo, persisten las dudas sobre la capacidad del BCE de hacer cumplir este imperativo. Quizá por eso Draghi ha querido insistir en la idea de que la banca no debe contar con una nueva ronda de altas rentabilidades a costa de las medidas del BCE.
"La conveniencia de utilizar el dinero barato del BCE de comprar bonos del gobierno es mucho menor" que en 2011, cuando se llevaron a cabo las inyecciones de efectivo al sector bancario a través de los LTRO, afirmó el presidente del Banco Central Europeo (BCE).
"La situación general es tal que estas operaciones de carry trade van a ser mucho menos rentables", añadió durante su intervención de ayer ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Según explicó, esto se debe al fuerte descenso experimentado por los intereses de la deuda soberana de países como España o Italia, que han registrado un importante descensos desde los niveles de récord que pagaban hace dos años.
El BCE tomó medidas extraordinarias e inundó a los bancos con más de 1 billón de euros en préstamos baratos a tres años a fines de 2011 e inicios de 2012, aunque tal y como ha constatado la propia institución, los cambios en la política no se llegaron a trasladar por completo a la economía real.
Las intenciones de Draghi son buenas, pero muchos analistas dudan de que Fráncfort disponga de los mecanismos para evitar que estos nuevos fondos no se destinen a otras operaciones. La posibilidad de que una parte de esta liquidez se acabe destinando a hacer carry trade es elevada. Este proceso es sencillo: los bancos toman la liquidez del BCE a unos tipos muy bajos y se la prestan a los Estados que pagan más rentabilidad.
Un billón de euros
Según informó la entidad monetaria recientemente, el total de préstamos a largo plazo condicionados, los nuevos TLTRO anunciados en junio, podría alcanzar el billón de euros.
Aunque el BCE ha querido dejar claro que esta cantidad será variable y dependerá, en última instancia, de la voluntad de los bancos por conceder créditos y de que haya demanda. "El objetivo es mejorar el mecanismo de transmisión de la política monetaria", en palabras de Draghi, ya que con las medidas adoptadas hasta la fecha los estímulos no llegan hasta la economía.
Esta inyección de liquidez llegará al sistema bancario por partes. En primer lugar, 400.000 millones en las dos subastas que se celebrarán en septiembre y diciembre de este año.
Las siguientes rondas de liquidez del BCE (también dentro del programa TLTRO) tendrán una condicionalidad mayor, ya que las entidades podrán solicitar préstamos por un total de hasta tres veces los créditos concedidos al sector privado. De esta forma, si no demuestran haber cumplido los objetivos fijados por el banco central y hayan reducido sus préstamos deberán devolver la liquidez recibida en septiembre de 2016.
Sobre el euro
Durante su intervención en Estrasburgo, Draghi también ha reiterado que mantendrá los tipos de interés en los niveles mínimos actuales (en el 0,15%) "durante un periodo prolongado de tiempo" y que está dispuesto a utilizar "otros instrumentos no convencionales" si la inflación sigue en niveles bajos.
El presidente del BCE ha manifestado además que la apreciación del tipo de cambio del euro constituye un "riesgo para la recuperación".
"Vigilaremos de cerca las posibles repercusiones de los riesgos geopolíticos y de la evolución de los tipos de cambio en este contexto", ha dicho el presidente del BCE a los eurodiputados.