Economía

Rajoy lideró la rebaja fiscal para que llegase al 70% de los contribuyentes

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Foto: Archivo

Si algo puede decirse de esta reforma fiscal es que lleva el sello y firma del presidente del Gobierno. Fuentes del Ministerio de Hacienda explican que Mariano Rajoy se ha implicado de lleno de ella, tanto que ha llegado a trabajar codo con codo con los técnicos del Departamento y con el propio Cristóbal Montoro en el diseño de una de sus señas de identidad, la reformulación del impuesto sobre la renta, "supervisando cada coma del documento". Editorial: Una reforma fiscal política para recuperar la confianza de los electores desencantados.

Dos años después de aplicar un ajuste histórico del gasto público -8.900 millones de euros-, y de endurecer hasta la extenuación la política tributaria, Rajoy ha querido que el objetivo, en adelante, fuese aplicar una rebaja del IRPF de la que pudiera beneficiarse el 70% de la población.

El jefe del Ejecutivo habría puesto especial énfasis en quienes ganan menos de 30.000 euros brutos al año. Con esta premisa como eje motor y, ante la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales de 2015, el Ministerio de Hacienda ha optado por aparcar, de momento, la creación de un nuevo impuesto medioambiental.

El objetivo último que Montoro se había planteado con este tributo no era otro que el de animar a las CCAA a que aplicasen también una reducción de su tramo en el impuesto sobre la renta. Para ello, el Ministerio pretendía suministrarles una nueva fuente de ingresos. Sin embargo, las propias regiones habrían solicitado al ministro que evitase cualquier subida impositiva que pudiera ensombrecer la campaña electoral del año que viene.

La posición del Ejecutivo, y muy especialmente la de Hacienda es rotunda en lo que respecta al IRPF: nosotros, Ejecutivo Central, regulamos el tramo que corresponde al Estado, de forma que cada comunidad autónoma se vea obligada a dar la cara y se retrate, a su vez, con el tramo que le corresponde en este tributo. Así, la idea de dar luz verde a un impuesto cuya recaudación fuese a parar completamente a las autonomías era un modo de solicitarles que se sumasen al esfuerzo que ya ha hecho el Estado.

Para una amplía mayoría

La insistencia de Mariano Rajoy en aprobar una modificación del impuesto sobre la renta que afectase a una amplia mayoría de los contribuyentes tiene su lógica. De acuerdo con los últimos datos facilitados por la Agencia Tributaria (AEAT), en España hay 10,19 millones de declarantes que cobran un máximo anual de 17.707 euros brutos -y representan al 55,2 por ciento de los contribuyentes-. A la vez, hay otros 5,35 millones de ciudadanos, el 29 por ciento del total de los declarantes, cuya renta bruta no supera los 33.007 euros.

En el Departamento que encabeza Cristóbal Montoro calculan que la rebaja media para quienes tengan una renta inferior a 30.000 euros será del 19,34%. Al mismo tiempo y, como consecuencia de la bajada de retenciones, 20 millones de contribuyentes contarán con más renta disponible cada mes desde enero de 2015, según remarcan desde Hacienda.

Las rentas más bajas

Es por este motivo que el ministro de Hacienda volvió a defender ayer que esta rebaja del impuesto sobre la renta permitirá que los "sectores más vulnerables" de la sociedad "no se queden descolgados de la recuperación" de la economía española. Fue el mensaje que lanzó en el Pleno del Senado, donde aseguró que la política del Gobierno está favoreciendo la recuperación económica y que la rebaja de impuestos "afecta sobre todo a las rentas más bajas".

La respuesta a una pregunta de la senadora del PP, María del Mar Angulo, sirvió además al titular de Hacienda para remarcar su idea de que la reforma fiscal servirá para crear nuevos puestos de trabajo e impulsar la competitividad. En su opinión, esto hará de España un "país más atractivo, interesante y competitivo" en todo el tejido productivo. Montoro volvió a emplear también el argumento de que ésta es una reforma más equitativa.

El texto va a centrar hoy, además, el cara a cara que mantendrán, en el Pleno del Congreso, Mariano Rajoy y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Será la primera sesión de control al Gobierno en la que ambos se enfrentan desde el pasado 14 de mayo.

De hecho, el presidente lleva ya 40 días sin contestar a las preguntas de la oposición en la Cámara Baja. El motivo es que en este intervalo de tiempo, Rajoy ha tenido que viajar a Bruselas, se han celebrado los comicios europeos y la actividad política se ha detenido en medio del paréntesis que supuso la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación del Rey Felipe VI la pasada semana.

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