
El flamante primer ministro Manuel Valls pasó ayer su primera prueba de fuego en el Parlamento francés y obtuvo la confianza de la mayoría parlamentaria tras pronunciar un ambicioso discurso de política general en el que prometió simplificar la compleja organización territorial francesa, bajar los impuestos a las empresas y aumentar el poder adquisitivo de los contribuyentes más modestos.
Valls se comprometió a cumplir con la promesa del presidente Hollande de llevar a cabo recortes por 50.000 millones de aquí a 2017. Para conseguirlo, una de sus propuestas es simplificar el "milhojas territorial", una medida que según el Banco de Francia, permitiría ahorrar unos 15.000 millones. Francia pasaría de tener 26 regiones en la actualidad, a 12 o 13. El primer ministro galo se comprometió a presentar un nuevo mapa del territorio nacional el 1 de enero de 2017.
Anuncia beneficios fiscales
"Demasiado sufrimiento y poca esperanza, ésa es la situación de Francia", reconoció Valls antes de anunciar una batería de beneficios fiscales a las empresas y a los contribuyentes incluidos dentro de los llamados "Pacto de Responsabilidad" y "Pacto de Solidaridad", el nuevo arma del Ejecutivo galo para intentar relanzar la economía.
Las empresas no tendrán que pagar cargas sociales por sus trabajadores que cobren el salario mínimo a partir del año que viene, prometió Manuel Valls, y bajarán las cotizaciones patronales para el resto de sus empleados. El primer ministro anunció 30.000 millones de euros en beneficios fiscales a las empresas de aquí a 2016.
Los contribuyentes también recibirán su parte de beneficios tras dos años de subidas masivas de impuestos que llevaron al gobierno a reconocer un "hartazgo fiscal" por parte de los franceses. Valls se comprometió a mejorar el poder adquisitivo de los franceses más modestos reduciendo las cotizaciones salariales de los trabajadores que cobran el salario mínimo.