
En una reciente entrevista que recogía un medio español, decía el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que llevará hasta 10 años arreglar la crisis española. ¿No estaba España ya prácticamente en forma?, se pregunta el economista Santiago Niño Becerra. "O eso por lo menos repite incansablemente el Gobierno".
Sea el tiempo que sea el que cueste arreglar la situación actual, Becerra trata de analizar qué clase de recuperación le espera a España en su último artículo de La Carta de la Bolsa.
Algo completamente distinto. La nueva recuperación, asegura, "estará basada en la estabilidad de precios, en la productividad, en la coordinación, en bajísimas tasas de crecimiento aunque sin volatilidad, en elevados desempleos estructurales, en el trabajo por obra y servicio, en rentas que nada tendrán que ver con las del 2006...".
En definitiva, "otro modelo con otro manual en el que el crédito será para lo necesario, para lo conveniente", asegura el Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Lllull, que critica que Olli Rehn "no dice ni pío sobre la deuda privada. Ni sobre quitas". ¿Será porque no les gustan a los banqueros o porque ahora no toca hablar de ellas?, comenta.
Al menos nadie podrá acusar a Rehn de poco claro, añade Becerra. "Tres prioridades: completar la reforma laboral poniendo el énfasis en las políticas activas, y adoptar una reforma a fondo en los servicios profesionales y en el sector energético".
Esta entrevista y diferentes manifestaciones que en los últimos meses llevan realizando miembros del Gobierno y diversos expertos invitar a meditar, según Niño Becerra, hacia dónde va España y cuál es el escenario post crisis que le espera.
Así, piensa el economista, es imposible que España, con 47 millones de habitantes y con la estructura de PIB que tiene, pueda volver a nada parecido a lo que vivió entre 1995 y el 2007, "simplemente porque entonces se dieron unas condiciones que hoy son irrepetibles y que, pienso, jamás volverán a darse".
Actualmente la tasa de paro en España es del 26%; la ocupación en negro oscila entre el 5% y el 6,5%; el subempleo está entre el 7% y el 8%; y la tasa de pobreza supera el 28%, recuerda. España tiene 47 millones de habitantes; una población activa de casi 23 millones y una tasa de cobertura ocupados / pensionistas de 1,95 / 1.
"Es como si se estuviesen configurando dos Españas", señala Becerra. "Dejando a un lado a los megarricos que siempre están en otra galaxia, está apareciendo una España integrada por el 50% de la población que tira, algunos más, otros regular, pero tiran; y luego está formándose otra España integrada por otro 50% en la que el 20% va más mal que bien sobre todo debido a sus expectativas, y el otro 30% que, pura y simplemente, está deslizándose hacia la exclusión y hacia la marginalidad: cada vez se le concede un menor interés, cada vez es considerado menos necesario, cada vez es catalogado más como un lastre que como otra cosa, y ya ni para votar es tenido en cuenta porque cada vez más las decisiones se tomarán fuera y luego, al presidente del Gobierno de turno, ya se le enviará una carta".
Viéndolo así, concluye, posiblemente el presidente del Gobierno de España tenga razón y el país se está recuperando. Eso sí, "no todos igual, no, y teniendo claro que nunca se volverá al 2006; pero bueno, con el país arregladito y en orden de revista", concluye el economista. "Piénsenlo: en el 2024 volvemos a hablar del tema".