
España parece haber hecho, y bien, los deberes en lo que se refiere a sanear su destartalado sector financiero. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado hoy su comunicado tras la última visita de sus técnicos a nuestro país, el pasado 2 de diciembre, como parte de la quinta misión de supervisión independiente en el contexto de la ayuda financiera europea para la recapitalización de los bancos, según lo acordado con las autoridades españolas y la Comisión Europea.
Esta será la última misión de este tipo, ya que las ayudas de recapitalización expiran a finales de enero de 2014. Así, los funcionarios del Fondo estiman que "la aplicación del programa del sector financiero por las autoridades españolas ha sido firme y ahora todas las medidas específicas del programa se han completado".
Éstas incluyen la identificación de los bancos descapitalizados a través de una revisión integral de la calidad de los activos y pruebas de esfuerzo independiente; tomar medidas para abordar estas deficiencias, apoyadas por la financiación de la Unión Europea a través del Mecanismo de Estabilidad o segregar ciertos tipos de activos relacionados con el sector inmobiliario de los balances de los bancos y gestionarlos a través de una entidad especializada, como el Sareb, el llamado banco malo.
A pesar de este progreso sustancial y la reciente estabilización, desde el Fondo destacan que es importante tener en cuenta que los retos para el sector financiero español se mantienen en un momento en que la economía continúa sufriendo un proceso de desapalancamiento del sector privado y la consolidación fiscal que pueden frenar el ritmo de la recuperación, lo que presenta desafíos para la rentabilidad de los bancos.
Además, surgen otras incertidumbres para el sector, como por ejemplo la metodología de análisis de la calidad de los activos que empleará el Banco Central Europeo (BCE) en sus próximas pruebas de esfuerzo así como la salida de la participación del Estado en los bancos intervenidos.
En consecuencia, según el Fondo, será crucial mantener el impulso de las reformas. Los esfuerzos sostenidos ayudarán salvaguardar y aprovechar los beneficios del programa, al tiempo que se mejora aún más la capacidad de los bancos para otorgar créditos y apoyar a la incipiente recuperación.
Las prioridades
A nivel nacional, las prioridades incluyen la continua monitorización proactiva y supervisión, incluyendo esfuerzos continuos para garantizar el aprovisionamiento adecuado y para ayudar a preparar a los bancos para las próximas pruebas europeas.
Además, los supervisores deben seguir alentando a los bancos a incrementar su capital nominal a través de la emisión de acciones y restricciones de dividendos en efectivo en lugar de la contracción del crédito para apoyar a los ratios de capital.
A nivel europeo, las prioridades incluyen nuevos avances en la unión bancaria y el apoyo a través de la política monetaria para reducir así la fragmentación financiera y fomentar la facilidad de crédito y ayudar a la recuperación.