
La economía española crecerá por encima del 1% en 2014 y 2015, según ha previsto hoy el banco de inversiones Morgan Stanley, que precisa que para ello es necesario seguir con las reformas ante el alto dato de paro y la débil demanda interna. Al positivo informe de Morgan se unen hoy además, el de Funcas y el de la OCDE.
En su último informe, titulado The new Spain, la entidad financiera afirma que la economía española se prepara para crecer de nuevo y que este crecimiento dependerá de cómo se encuentre el proceso de desapalancamiento, del reequilibrio de las finanzas públicas y de las reformas.
Para el banco estadounidense queda "mucho" por hacer, aunque destaca la capacidad de España de diferenciarse a medio plazo del resto de los países periféricos.
Morgan Stanley opina que la recesión ha tocado fondo, por lo que espera ese crecimiento del PIB superior al 1% para 2014-15. "Es una buena noticia, pero también es sólo una cuarta parte del ritmo anterior a la crisis", precisa el banco.
Caída lenta del desempleo
Sobre las reformas resalta que el impulso "sigue siendo fuerte", lo que debe contribuir a levantar el PIB potencial y, con el tiempo, a impulsar la creación de empleo.
Del paro dice que, debido a que la demanda interna es probable que siga débil, su "preocupación" no es que el desempleo vaya a subir más, sino que no baje "rápidamente".
En su análisis, la entidad financiera asegura que la recuperación española vendrá impulsada por la fortaleza que están registrando las exportaciones, a lo que, a su juicio, ha contribuido la competitividad que se ha ganado por la moderación salarial.
La burbuja inmobiliaria
Del mercado de la vivienda apunta que los precios seguirán bajando porque la burbuja inmobiliaria se ha corregido "casi completamente".
En cuanto al desapalancamiento, indica que la cuenta corriente está en superávit, pero la deuda externa sigue elevada, lo que impide que las finanzas públicas se estabilicen del todo.
Por lo que respecta a la "salud de los bancos" subraya que las entidades españolas tienen un nivel de capitalización "razonable" tras las provisiones que han tenido que hacer y los test de estrés a los que se han sometido.