Economía

De foco de la crisis a impulso global: la Eurozona estimulará la economía mundial

  • Los datos apoyan la creencia en una recuperación tras dos años oscuros
  • El riesgo de ruptura de la Eurozona prácticamente se ha desvanecido
  • A pesar de todo, sigue habiendo riesgo y muchos problemas por arreglar

La Eurozona puede pasar en breve de ser el principal obstáculo para la economía mundial a ser uno de los motivos de su recuperación. Los analistas esperan que los datos de esta semana muestren que el bloque volvió a crecer en el segundo trimestre tras un años y medio de contracción. Los economistas de bancos como Barclays o JP Morgan apuestan porque esta estabilización suponga que la región impulse, incluso con fuerza, la demanda internacional y los mercados financieros, según recoge hoy la agencia estadounidense Bloomberg. Zona euro: la producción industrial sube un 0,7% en junio.

"No esperamos un boom en Europa, pero hay un cambio de sentimiento, y se va a sentir en los mercados y en la economía mundial", aseguró Joseph Lupton, economista senior de JP Morgan y que anteriormente trabajó en la Reserva Federal.

"Hay un cambio en la percepción, antes no se veía una salida de la crisis y ahora se espera crecimiento". Lupton estima que la Eurozona supone alrededor de un 20% del total de la economía global, por lo que una mejora de un 1% en su PIB puede suponer un impulso del 0,7% en el resto del mundo durante cuatro trimestres.

Esta recuperación europea podría contrarrestar la ralentización de China, y sus efectos podrían notarse más en países como Reino Unido, Taiwan, México, Brasil y algunos países de Europa del Este, según JP Morgan. El banco estadounidense espera que la Eurozona crezca un 1,3% en 2014 tras contraerse un 0,5% en el conjunto de este año, con un incremento de las importaciones del 3,7% tras dos años de caídas.

Ya se notan algunos cambios

De hecho, el impacto de esta mejora ya se empieza a notar. Por ejemplo, el PMI manufacturero de Polonia y la República Checa subió en julio gracias al incremento de las exportaciones al resto de Europa. También subieron el mes pasado las exportaciones chinas a la región y en el caso de Japón tuvieron el mayor incremento en junio desde febrero de 2011.

A nivel empresarial, algunas compañías globales como IBM o 3M ya están viendo mejorar sus negocios europeos, y otras como Dunkin´Donuts planea expandirse en la Eurozona. "Europa está a punto de comenzar a recuperarse", según su consejero delegado, Nigel Travis, que añadió que "estamos muy entusiasmados".

Mientras, desde los mercados también se ven signos positivos. Ewen Cameron Watt, de BlackRock, mantiene que las empresas europeas con alta exposición al negocio doméstico están superando las expectativas de beneficio, lo que están apoyando las recientes subidas de la bolsa.

Sin embargo, no todo el mundo es tan optimista. Huw Pill, ex economista del BCE y actualmente en Goldman Sachs, cree que la recuperación no será suficientemente fuerte como para convertir a la Eurozona en un motor del crecimiento internacional. El problema es que continuará siendo un exportador neto durante un par de años más y la periferia, como España, continúa con su proceso de desapalancamiento y su ajuste hacia el comercio.

Adiós al riesgo de ruptura

Nick Kounis, de ABN Amro, está del lado más positivo, y cree que simplemente crecer será beneficioso para el resto del mundo después de tres años especulando con la ruptura de la Eurozona, los rescates y los programas de austeridad. "El hecho de eliminar un peso será significativo", dijo Kounis. "Desde luego que el mayor impulso para el crecimiento vendrá de EEUU, pero Europa contribuirá".

En la misma línea se sitúa Christian Schulz, economista de Berenberg Bank, que defiende que aunque la demanda siga siendo débil, emerger de las profundidades de la crisis de deuda será suficiente para impulsar el sentimiento mundial. Europa "ha pesado en la confianza global, y ese riesgo de catástrofe está desapareciendo".

Este resurgimiento de Europa llega justo en el momento apropiado, una vez que las locomotoras de los últimos años, los emergentes, han comenzado a ralentizarse, explicó Julian Callow, economista jefe de Barclays. Sin embargo, "la Eurozona todavía se enfrentará a una gran presión internacional para que importe más", añadió Callow, que anteriormente trabajó en el Banco de Inglaterra. Su "superávit por cuenta corriente va a atraer mucha atención global".

Riesgos y retos pendientes

Sin embargo, faltan muchas cosas por solucionar para declarar que la crisis ha sido definitivamente superada en la Eurozona. La primera y principal es el desempleo, que actualmente se sitúa en el 12,1%, su máximo histórico y con niveles por encima del 25% en España y Grecia.

Además, la banca sigue siendo motivo de preocupación, ya que no ha limpiado totalmente su balance y el crédito sigue en caída. Tampoco se ha completado la prometida reforma de la regulación bancaria.

Por último, la inestabilidad política sigue siendo una amenaza. Los problemas judiciales de Silvio Berlusconi pueden hacer tambalear al gobierno, mientras que en España el caso Bárcenas sigue marcando la agenda del gobierno de Mariano Rajoy. En Grecia, el gobierno sigue en un delicado equilibrio para gestionar su deuda mientras continúan los rumores de un nuevo rescate.

"Al menos, el estado de ánimo económica está mejorando", concluyó Nicholas Spiro, de Spiro Sovereign Strategy. "La recuperación corre el riesgo de evaporarse si la parálisis política mina la confianza".

¿Datos para creer?

Eurostat, la oficina estadística de la región, publicará mañana los datos de PIB de la Eurozona, y los analistas esperan de media un crecimiento del 0,2% en el segundo trimestre tras una contracción del 0,3% en el primer trimestre, según la media elaborada por Bloomberg.

Hay otros signos de que está recuperación puede continuar. El PMI manufacturero subió en julio tras dos años de caída, mientras que la confianza empresarial y de los consumidores está en máximos de 15 meses. En Alemania, los pedidos de fábrica se incrementaron en junio a su nivel más rápido en ocho meses y la producción industrial creció más que nunca en dos años.

También hay signos positivos desde la periferia. La producción industrial italiana y griega, la caída del paro en España o el ajuste de la balanza por cuenta corriente de este grupo de países apoyan la esperanza en la recuperación del bloque. "No hay un gran clamor de que Europa haya cogido velocidad de escape, pero claramente las cosas se están estabilizando", concluyó Cameron Watt, de BalckRock.

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