
El responsable de gestionar la quiebra de la ciudad de Detroit, Kevyn Orr, tiene mucho trabajo por delante. Y uno de los problemas con los que se ha encontrado ha llegado de forma inesperada: no hay suficientes trabajadores cualificados para ocupar los nuevos puestos que se vayan creando.
"En los viejos tiempos, podías graduarte un viernes y ser contratado para la planta de Ford", explica a Reuters un profesor de la Universidad de Michigan. Entonces, la empresa se encargaba de formarte, pero ahora están exigiendo que los nuevos empleados se incorporen con más habilidades que antes.
La quiebra declarada por Detroit es la mayor suspensión de pagos municipal de la historia estadounidense, con una deuda de 18.500 millones de dólares. El epicentro del sector de automóvil, que llegó a tener una población de más de 1,8 millones de habitantes, tiene ahora poco más de 700.000. En la actualidad, en Michigan hay 350.000 puestos de trabajo menos en la actividad industrial que en el año 2000.
Y la disminución de empleos en el sector manufacturero, especialmente en la industria del automóvil, ha dejado fuera de juego a miles de ciudadanos de Detroit. La tasa de desempleo oficial alcanza el 11%, de acuerdo con el dato más reciente, correspondiente al mes de junio. Esto se sitúa muy por encima de la media nacional, situada en el 7,6% de la población activa en el mismo mes.
Sin embargo, la estadística no oficial eleva este porcentaje al 20%, al tomar en cuenta aquellas personas que han dejado de buscar un empleo o que nunca lo han tenido.
Trabajo en el horizonte
Uno de los escollos para la recuperación, el paro, podría mejorar paulatinamente en próximos meses. La falta de ofertas de empleo podría verse suplida por las potenciales inversiones de más de 8.000 millones de dólares en infraestructuras, entre las que se incluye la construcción de una línea de tren ligero y de un puente a Canadá que podría generar hasta 25.000 empleos.
Pero el problema es que la mayor parte de la fuerza laboral de la ciudad en bancarrota no está lo suficientemente preparada como para aprovechar las oportunidades laborales ligadas relacionadas con estos proyectos.
"Ahora mismo, muchos de ellos no tienen las habilidades necesarias", aseguran a Reuters desde una agencia de empleo de Detroit centrada en reciclar y formar a los parados. "La pregunta es si podemos preparar a todos ellos para esos trabajos", apunta.
"Todas las cuestiones giran en torno al trabajo, ese es el problema de fondo", afirma Lindsay Chalmers, el vicepresidente de Goodwill Industries of Greater Detroit, una organización sin ánimo de lucro se dedica a ayudar a personas a encontrar una ocupación.