
A pesar de los problemas de la Eurozona, la moneda única se está convirtiendo en un lugar de refugio para los inversores, que buscan en el euro la estabilidad que no encuentran en los mercados emergentes, Japón o EEUU.
Esta primavera, activos como la bolsa japonesa, los bonos de países emergentes o incluso la deuda estadounidense se han desplomado, con los inversores anticipando una posible reducción de los estímulos de los bancos centrales mundiales.
Sin embargo, tal y como recoge el diario The Wall Street Journal, el euro ha evitado en gran medida la volatilidad de otras monedas como el dólar o el yen. Frente a la moneda estadounidense ya está en máximos de los últimos cuatro meses. "Esto es un giro dramático para una moneda que frecuentemente ha estado en el centro de las turbulencias del mercado en los últimos años. Los inversores apostaron de forma récord a que el euro caería", recuerda el diario.
Cambia la percepción del mercado
Sin embargo, esta percepción del mercado ha cambiado radicalmente. Según la Commodity Futures Trading Commission, las apuestas contra el euro han caído un 90% solo en las dos últimas semanas, ello a pesar de los problemas de crecimiento, desempleo y deuda que asuelan la región.
Y es que muchos inversores aseguran que hoy en día el euro una apuesta relativamente segura, tanto por su estatus de moneda de reserva mundial como a la disminución de los temores a una crisis y un colapso de la moneda.
Una de las grandes razones de la reciente subida del euro es la perspectiva de que la Reserva Federal acabe con sus estímulos, lo que a su vez ha tenido consecuencias negativas para los mercados emergentes y otros activos de gran rendicmiento. Ante esta situación, lo que ha emergido como refugio ha sido el euro, que ahora se ve más como un lugar seguro al estilo de otras grandes monedas mundiales, como el yen, y no como otras más volátiles, como el dólar australiano.
Detrás se encuentra también el famoso carry trade, la operación en la que los inversores se endeudan en una moneda con poco rendimiento (como el euro), la venden, y compran activos con más rendimiento, como bolsa estadounidense o bonos de países emergentes. Sin embargo, ante el cambio de las expectativas, los inversores están deshaciendo estas posiciones, provocando subidas en la moneda única, que por ejemplo ha ganado un 10% desde mayo frente al dólar australiano, una de las divisas favoritas del carry trade.
Esta subida del euro tiene inconvenientes para la propia región, especialmente cuando se busca que las exportaciones lideren la salida de la crisis. Un euro más alto reduce la competitividad de los productos en otras regiones y al mismo tiempo reduce los beneficios de las empresas que exportan.
Con todo, esta subida del euro tiene puntos débiles: sigue existiendo percepción del riesgo, como muestran las subidas del rendimiento de los bonos españoles o italianos, y además si vuelve la estabilidad general a los mercados internacionales se podría volver a poner de moda el carry trade con el euro, lo que provocaría ventas de la moneda única.
¿Ha tocado fondo la Eurozona?
A pesar de ello, algunos inversores son optimistas y creen que la recesión de la Eurozona podría haber tocado fondo. Algunos datos apuntan a ello, como por ejemplo la mejora de la producción industrial en abril, liderada por Alemania y Francia. De confirmarse la mejora económica, se reducirían las opciones de que el BCE tenga que relajar más su política monetaria, manteniendo el valor del euro.
De hecho, gran parte de la subida reciente del euro se ha producido desde el 6 de junio, cuando Mario Draghi, presidente del BCE, descartó la posibilidad de introducir un tipo negativo en los depósitos, una medida cuyo objetivo es incrementar el crédito pero que también podría haber provocado una caída de la divisa.
Una última razón que esgrimen distintos actores del mercado es que, a pesar de todos los desafíos y problemas, el euro ha sobrevivido. De hecho, en las dos últimas crisis, primero con Chipre y después con las elecciones italianas, lo más que ha bajado ha sido al entorno de los 1,28 dólares, cuando en crisis anteriores llegó a perder los 1,20 dólares.