El nobel de Economía de 2008, el estadounidense Paul Krugman, profesor de Princeton, insiste en que "es una locura no tomar medidas que impulsen la economía", ya que "se permite que los problemas económicos a corto plazo se enconen, sentando las bases de una pauta de fracaso económico a lago plazo, y quizá permanente"
En una columna en el diario El País, Krugman habla de que la crisis financiera nos ha sumido en una 'trampa de liquidez', situación en la que muchos piensan que hay que guardar el dinero acumulado, y que durante esta situación algunas normas habituales de la economía "quedan en suspenso". Así, "los déficit públicos no hacen subir los tipos de interés; imprimir moneda no es inflacionario y recortar drásticamente el gasto público tiene efectos devastadores sobre los ingresos y el empleo".
Basándose en lo que está sucediendo en Estados Unidos, rechaza los argumentos de quienes no quieren ni oír hablar de las políticas estatales de estímulo argumentando que son una solución cortoplacista y generan inflación. Según el economista, tras la 'impresión' de dinero por parte de la Reserva Federal para tratar de contener los daños de la crisis, la inflación estadounidense se sitúa apenas por encima del 1%, por lo que el problema con ella es, en realidad, que está muy baja.
Esos bajos niveles de inflación lo que provocan, según Krugman, es que se frenen préstamos y gasto y que los ahorros no se inviertan, además de agravar el problema de la falta de demanda y hace que sea más difícil reducir deuda.
La debilidad de la economía es lo que mantendría anormalmente baja esa inflación ya que, por ejemplo, "impide a los trabajadores negociar sueldos más altos y obliga a muchas empresas e rebajar precios". Del mismo modo, como pesadilla que se muerde la cola, "una inflación demasiado baja, perpetúa la debilidad económica".
Por todo lo anterior, Krugman vuelve a invitar a que se apueste por los estímulos económicos, monetarios y fiscales para reducir el paro y buscar soluciones en el corto plazo que eviten que los problemas se conviertan en crónicos a largo plazo.
Krugman: "Se nos ha vendido la austeridad con pretextos falsos"
