Economía

Passos Coelho defiende los nuevos recortes para que Portugal siga en el euro

El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, ha defendido que las medidas de austeridad para recortar pensiones y prescindir de funcionarios anunciadas anoche al país son necesarias para que Portugal pueda permanecer en la zona euro. La oposición se ha negado a consensuar esas mismas medidas.

Tras el aluvión de negativas de la oposición y los sindicatos a la invitación que les hizo Passos Coelho para dialogar sobre sus nuevos ajustes, el líder conservador les recordó hoy la "responsabilidad" que exigen los compromisos del país, sujeto al rescate financiero de 78.000 millones de euros pedido hace dos años.

Los principales sindicatos y la oposición portuguesa rechazaron con firmeza las nuevas medidas de austeridad anunciadas el viernes por el líder conservador, que les invitó a abrir un "dialogo" sobre su aplicación.

La "permanencia de Portugal en el euro" depende del equilibrio presupuestario y del respeto a las reglas y compromisos económicos, y los partidos susceptibles de gobernar el país tienen "obligación de ser responsables", manifestó el primer ministro en alusión a los socialistas (PS), principal fuerza de la oposición.

"O estamos y cumplimos o no estamos", subrayó Passos Coelho en referencia a la moneda común europea, al advertir de que el coste social y económico de abandonarla "sería inmenso".

Pide a la oposición asumir responsabilidades

En declaraciones a los periodistas en un acto público, el jefe del Ejecutivo luso, que arrebató el poder al PS hace dos años en las elecciones anticipadas que siguieron al rescate, señaló que Portugal necesita que "los dos principales partidos se entiendan".

"No es un problema de este Gobierno o de esta legislatura", subrayó, y el equilibrio presupuestario es "una responsabilidad" de los partidos que pueden gobernar tanto ante el país como ante los socios de Portugal en la UE, prestataria del rescate luso junto al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Passos Coelho mencionó directamente al PS -que ha rechazado ya sus nuevas medidas de austeridad y pide elecciones anticipadas- al expresar su "confianza" en que asuma las responsabilidades.

Además de los socialistas, principal partido de la oposición que encabeza ahora las encuestas sobre intención de voto, los mayores sindicatos lusos y el resto de los partidos de izquierda dieron hoy un rotundo "no" a las medidas de austeridad del primer ministro a través de comunicados y declaraciones a los medios.

Los recortes

Passos Coelho anunció el viernes nuevos recortes presupuestarios que incluyen prescindir de 30.000 funcionarios, recortar el sistema de pensiones, retrasar un año la jubilación y ampliar, de 35 a 40, las horas semanales de trabajo en la Administración.

El primer ministro explicó, en una alocución al país, que con esos ajustes quiere ahorrar 4.800 millones de euros hasta 2015 para hacer el Estado sostenible y cumplir los compromisos del rescate.

La oposición, en contra

Las grandes centrales y los partidos de izquierda, entre ellos el socialista (PS) que encabeza las encuestas sobre intención de voto, acusaron al Ejecutivo de insistir en una "receta" que ha sumido al país en una espiral de recesión y desempleo y hará imposible el pago de su deuda, que supone ya un 125 % del PIB.

Tanto el PS, como los sindicatos y las fuerzas marxistas del Parlamento, se apresuró a rechazar las medidas y la invitación al diálogo con el argumento de que son "más de lo mismo", recaen sobre trabajadores y pensionistas y no combaten la recesión y el desempleo, que se ha duplicado en tres años, hasta el 18 %.

El mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista), con unos 700.000 afiliados, calificó las nuevas medidas de "brutales" y anunció protestas y movilizaciones este mismo mes.

También la más moderada Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) con cerca de medio millón de seguidores, expresó su rechazo a negociar el nuevo e "inaceptable" paquete de austeridad.

El marxista Bloque de Izquierda (BI) exigió, como los socialistas, la dimisión del Gobierno, y sostuvo que Portugal no podrá pagar una deuda tan alta con medidas de austeridad que dificultan el crecimiento, la productividad y el consumo.

En los próximos ocho años hay que pagar 125.000 millones de euros, "¿de dónde va a salir ese dinero?" se preguntó Joao Semedo, coordinador del BI.

Además consideró las nuevas medidas una burla a la sentencia del Tribunal Constitucional, que el 5 de abril anuló otros recortes similares por valor de 1.300 millones de euros.

El Sindicato de los Cuadros Técnicos del Estado (STE), cuyos afiliados están entre los más afectados por las medidas, se quejó de que el Gobierno les "castiga de nuevo" sin tocar los beneficios de concesiones y proyectos públicos con grandes empresas privadas.

Según el STE, los funcionarios, más de 600.000 en un país de 10,5 millones de habitantes, sufrirán recortes por 5.600 millones de euros, cerca de la mitad de los ahorros del sector público, desde que Passos Coelho llego al poder, hace dos años, hasta que concluya su plan de austeridad, en 2017.

La función pública verá aumentar de 35 a 40 horas semanales el horario de trabajo, perderá complementos salariales y pasará por nuevos sistemas de selección y cualificación profesional para ahorrar costes.

También los militares lanzaron duras críticas al Ejecutivo por el aumento de su edad de jubilación a 58 años y un portavoz de la principal asociación de oficiales lamentó que se vaya hacia unas fuerzas armadas llenas de ancianos.

Otra organización laboral, la Federación de los Sindicatos de Transportes (FECTRANS), pidió audiencia urgente al primer ministro para que aclare cómo van a trabajar los conductores profesionales hasta los 66 años, tras la decisión de ampliar un año la edad de jubilación, si sus permisos de conducción se extinguen a los 65.

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