Le dijeron que tendría que pagar 3.000 euros de intereses y ahora le exigen 188.000. Ella y su hijo de trece años serán deshauciados en pocos días si nadie lo remedia. La afectada no tenía dinero para hacer frente a su préstamo hipotecario y se vio en una encrucijada. Finalmente, acudió a una financiera.
Allí le prometieron que solamente pagaría 3.000 euros de intereses y ahora debe 188.000. En la financiera nadie coge el teléfono ni nadie le responde, y si continúa sin pagar su vivienda se verá en la calle.
La subida de los tipos de interés ha multiplicado los casos similares. Suele tratarse de empresas piratas u oscuras que conceden créditos rápidos y engañosos.
Los expertos recomiendan asesorarse bien y tener en cuenta que estas empresas son intermediarias pero no son bancos.
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