Economía

Se extiende el temor sobre la deuda de mayor calidad y garantías de banca

  • Las quitas en bonos y depósitos pueden encarecer la financiación

Que el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, catalogue la solución para Chipre como el patrón a aplicar en futuros rescates de otros países europeos resucitó los peores fantasmas en banca al materializar dos tabúes que dañan la confianza en la que se cimenta: por vez primera se aplicarán quitas a la deuda senior, la de mayores garantías frente a impagos; y se ponen en riesgo los depósitos de entidades financieras reestructuradas.

Está aceptado que la liquidación de un banco acarree pérdidas, por este orden: a sus accionistas, acreedores -bonistas- e, incluso, clientes si sus depósitos superan los 100.000 euros -los esquemas de garantías nacionales protegen hasta dicho umbral por cliente y cuenta-. Es lo que ocurrirá en el chipriota Laiki y en España pasó, por ejemplo, con Eurobank del Mediterráneo.

Lo que no había sucedido hasta ahora es que también estén en riesgo depósitos de entidades que continuarán operando como pasará con Banco de Chipre -aquellos superiores a 100.000 euros serán congelados a la espera de una conversión en capital, susceptible de sufrir quitas-.

En un banco reconocían que la lectura inicial a la solución parecía correcta porque abandonaba la irresponsable idea inicial de acabar con la garantía sobre los 100.000 euros en depósitos y, sobre todo, circunscribía el problema a Chipre: "Evita el default desordenado y la salida del euro de Chipre, que siempre puede tener implicaciones para la periferia, el BCE sigue inyectándole liquidez, se reestructura la banca, se mantiene el orden de prelación y se respetan los 100.000 euros".

Pero el presidente del Eurogrupo resucitó los peores miedos apuntando que será el guión en futuras resoluciones y dando a entender mayor dureza al reestructurar bancos antes de repetir el error de que pague el contribuyente. "La decisión de rescatar la deuda bancaria senior y los grandes depositantes probablemente tendrá un impacto en los precios de instrumentos de capital y de crédito de los bancos que se perciben como más débiles", auguró Barclays en un informe.

No es la primera vez que se baraja meter quitas a la deuda supuestamente "blindada". El presidente del BCE, Mario Draghi presionó el verano pasado para conseguirlo cuando estaba en debate recapitalizar la banca española, y le doblegó el pulso la Comisión Europea.

A los emisores no les gusta por las incertidumbres que introduce, pero está regulada dentro el reparto de la carga en caso de resoluciones. "Si la banca de Chipre está quebrada, que lo está, no cabe más remedio que seguir la hoja de ruta de prelación y el último debe ser el depositante, pero jamás de menos de 100.000 euros", señaló el catedrático de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, Joaquín Maudos, quien defiende el sistema "antes de que un contribuyente ponga un euro de su bolsillo".

Otra cosa es que el simple riesgo, que hasta ahora parecía inexistente, podría afectar a la emisión: "cuando los bonistas compren ahora lo van a mirar con lupa", dijo Maudos.

Salidas de depósitos

El estratega jefe en España de Citrigroup, José Luis Martínez Campuzano, relativizó el contagio: "En España, la reestructuración del sistema financiero está muy avanzada. Hay 60.000 euros no utilizados y las ayudas dispuestas son relativamente pequeñas para España". "Es cierto que Chipre sienta un precedente, pero no hay que pensar que sea para España. Se trata de una situación muy especial y es un error identificarlo con España", subrayó.

La banca española está regulada por el Memorandum de Entendimiento (Mou), que dictaría el camino a seguir en caso de nuevas reestructuraciones, como ocurre con otros países. Chipre ha pedido además el rescate, lo que no ocurre aquí.

Sin embargo, los efectos de la desconfianza son siempre imprevisibles. En un banco alertaban del riesgo de salidas de ahorros aunque aún no ha ocurrido: "Si esto se extiende, la gente no va a querer tener más de 100.000 euros del banco". La bomba de relojería sería mayor en no residentes: por ejemplo la tentación en empresas ajenas a Europa a movilizar recursos ante las dudas o desconocimiento de las resoluciones en Europa.

La discreccionalidad con la que Europa decide soluciones individuales ha echo saltar otras alarmas. Moody's alertó de un eventual impacto negativo en calificaciones de la deuda soberana de la Eurozona y lamentó que "los gestores políticos están cada vez más dispuestos a tolerar severas perturbaciones en los mercados para tratar de imponer sus condiciones". Para Moody's las decisiones políticas "aumentan el riesgo de fuga de depósitos y capitales y de incremento de los costes de financiación tanto para países como para entidades financieras".

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