El primer ministro Shinzo Abe ha escogido a un defensor de la acción política enérgica para dirigir al Banco de Japón, desafiando a la oposición para que respalde su campaña por una acción radical mientras las autoridades advertían de que una recuperación económica incipiente podría descarrilar fácilmente.
Al optar por el presidente del Banco Asiático de Desarrollo, Haruhiko Kuroda, para hacerse cargo del banco central, Abe trata de cumplir una promesa electoral de reformar la política monetaria para reactivar la economía después de casi dos décadas de deflación leve y crecimiento mediocre.
"El nuevo Banco de Japón debe acelerar su ritmo de acumulación de activos y extender los vencimientos de la deuda pública que está comprando", dijo Masayuki Kichikawa, economista jefe para Japón de Bank of America Merrill Lynch.