
Puede que el presidente del Bundesbank y miembro del BCE, Jens Weidmann, esté completamente solo en el Banco Central Europeo en su cruzada contra la compra de bonos, pero eso no significa que haya perdido su influencia en la institución. "Podría no estar tan derrotado como parece", señala Bloomberg.
En septiembre, el organismo anunció su plan de compras pese a la oposición de Weidmann. No obstante, las condiciones asociadas a este plan -reformas y más control- hacen que los países como España se lo piensen dos veces antes solicitar ayuda. Economistas y oficiales del BCE aseguran que esas condiciones son, en parte, la respuesta a la oposición de Weidmann. Y es que, aun en su aparente aislamiento en el consejo del BCE, continúa formando parte de la configuración de su política.
El BCE solo comprará bonos de un país en el mercado secundario si el gobierno solicita ayuda del fondo de rescate europeo y firma un Memorando de Entendimiento para cumplir con ciertas metas fiscales. Y aún así, no hay garantía de que el BCE intervenga.
La condicionalidad "fue ideada para apaciguar a los tradicionales aliados del Bundesbank", como Holanda, Finlandia, Bélgica y Luxemburgo, señala el execonomista jefe del BCE, Juergen Stark. "La influencia de Weidmann podría estar trabajando en un nivel más sutil".
Tanto de puertas para adentro como públicamente, nadie sigue su línea, ni siquiera su compatriota alemán Jörg Asmussen, miembro del consejo de la institución presidida por Mario Draghi. Su férrea oposición a la compra de deuda soberana ha provocado que se especulara, incluso, con su dimisión, al igual que hizo su antecesor en el cargo Axel Weber, que también se mostró en contra de algunos de las decisiones del banco central del euro.
Lo que está claro es que, sin que se haya activado el plan, el anuncio de que el BCE podría comprar deuda de países con problemas a cambio de una petición de rescate ha logrado, por el momento, reducir los rendimientos de la deuda de Italia y España. Pero existe el riesgo de que los inversores se cansen de esperar que el gobierno español tome una decisión, apunta Bloomberg.
Pese a su oposición, el Bundesbank ha participado activamente en el diseño de los detalles del programa, señalan dos funcionarios del banco central bajo condición de anonimato. "Las preocupaciones de Weidmann eran vitales para el diseño del programa de compra de bonos, declaró el economista jefe del BCE, Peter Praet, al diario alemán Handelsblatt a finales de octubre.
"Simplemente erróneo"
"El Bundesbank no tiene la misma voz dominante en el BCE que tuvo en el pasado, pero decir que su influencia ha sido completamente pulverizada es simplemente erróneo", señala Christian Schulz, economista de Berenberg Bank que trabajaba en el BCE. "La condicionalidad fue ideada para apaciguar a los tradicionales aliados Bundesbank. Es más importante que nunca para Draghi tenerlos al lado", añade.
Ayer mismo, el presidente del BCE hizo hincapié en la"condicionalidad estricta" del programa en un discurso en Frankfurt en su intento de calmar las preocupaciones alemanas.
Las condiciones se pusieron en marcha "en gran parte para complacer a Alemania" apunta por su parte Jennifer McKeown, economista de Capital Economics, quien también cree que la decisión de esterilizar las compras de bonos se debió a Weidmann.
Claro que hay opiniones para todos los gustos. "Con el plan de compras, el Bundesbank ha perdido una pelea importante", señala Juergen Michels, economista jefe para la zona del euro de Citigroup, en declaraciones que recoge Bloomberg. "Aunque podría haber convencido a los otros de considerar algunas condiciones, el programa de compras en su conjunto va en contra de las ideas del Bundesbank".
'No' a cualquier cosa
Weidmann y Draghi han hecho muy poco para disipar las dudas acerca de que el plan de bonos ha causado un distanciamiento entre ellos. A finales de septiembre, el presidente del BCE criticó a Weidmann y su "Allem zu nein", o su 'no' eterno a todo. Por su parte, Weidmann ha pronunciado discursos en Alemania sobre los peligros de la impresión de dinero.
La clave para que Draghi consiguiera sacar adelante el plan sin el respaldo Weidmann fue el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, señala Jacques Cailloux, economista jefe para Europa de Nomura International.
"Weidmann está lejos de ser una fuerza gastada", declara Huw Pill, economista jefe para Europa de Goldman Sachs, que piensa que el Bundesbank todavía puede ejercer el poder suficiente para limitar cualquier intervención en el mercado de bonos que el BCE pudiera emprender.