Economía

Promesas electorales: así será la hoja de ruta del próximo presidente de EEUU

El próximo inquilino de la Casa Blanca se enfrentará a un país cuya economía crece a un ritmo demasiado lento y que enfrenta amenazas como la debilidad de las exportaciones o la cautela en la inversión empresarial. El posible despeño por el acantilado fiscal o los posibles trastornos de la crisis de deuda europea podrían quitar el sueño del que se convertirá en el presidente número 45 de la primera potencia mundial.

De momento, los expertos afirman que según las previsiones actuales, a partir de 2014, EEUU podría recuperar su velocidad de crucero algo que facilitará enormente la labor del próximo Comandante en Jefe del país. Desde la consultora IHS Global Insight aseguran que durante la próxima presidencia, se podrían crear 9,75 millones de empleos y rebajar la tasa de paro hasta el 2%. ¿Será capaz el elegido de alcanzar estos objetivos?.

Las prioridades económicas para que EEUU no pierda el liderazgo mundial

El demócrata Barack Obama prometió durante su campaña la creación de un millón de empleos dentro del sector manufacturero durante los próximos cuatro años. ¿Cómo pretende conseguir este objetivo?, principalmente el mandatario norteamericano pretende animar a las empresas a traslada su producción de vuelta a Estados Unidos, en particular a través de medidas fiscales que beneficien a las multinacionales estadounidenses. Además pretende duplicar las exportaciones para mantener la creación de puestos de trabajo. A su vez quiere reducir a la mitad las importaciones energéticas del país en los próximos ocho años a través del desarrollo y exploración de recursos de gas, petróleo y, como no, energía renovable.

Por su parte, el republicano Mitt Romney va un paso más allá y se compromete a generar hasta 12 millones de empleos antes de 2016. Como buen republicano, el ex gobernador de Massachussets apuesta por reactivar el crecimiento mediante la reducción de impuestos, la desregulación, la apertura de mercados a través de nuevos acuerdos comerciales, especialmente en Latinoamerica y el desarrollo de reservas de petróleo y gas.

Cómo meter en cintura al déficit del país y evitar que éste siga creciendo a pasos de gigante

En estos menesteres, Romney saca a relucir su experiencia como gestor al frente de la firma de capital privado, Bain Capital. El republicano pretende recortar el gasto del gobierno federal hasta el 20% del PIB desde el 24,4% registrado este año. Por otro lado quiere eliminar las lagunas fiscales dentro del sistema, eso sí no ha especificado cuáles ni cómo pretende cerrar dichas brechas. Aún así, esta sería su medida clave para financiar una reducción general de los impuestos. Además, quiere reducir un funcionario por cada dos con el objetivo de reducir el número de empleados público en un 10%. En este sentido también quiere alinear los salarios del sector público con los del sector privado.

Obama quiere reducir el déficit en 4 billones de dólares a lo largo de la próxima década a través de una fórmula que incluya recorte de gasto y subidas de impuestos a las rentas más altas. De hecho, se estima que dejar que los incentivos fiscales de Bush expiren para los ricos podría embolsar 1,9 billones de dólares. Claro está que su administración incluye también el ahorro de 850.000 millones de dólares tras el fin de las guerras en Irak y Afganistán.

Los impuestos, el escollo clave: ¿deben los ricos tener incentivos fiscales como la clase media?

El demócrata tiene que claro que dejará expirar los incentivos fiscales de la era Bush para aquellos que ganan más de 208.250 dólares anuales. Estos individuos cuentan en estos momentos con una tasa impositiva del 33 por ciento mientras que aquello que ingresan anualmente más de 388.350 dólares pagan un 39,6% en impuestos. Obama incrementaría el impuesto sobre los ingresos de capital desde el 15 al 20 por ciento. También promete reducir el impuesto de sociedades del 35% actual hasta el 28 por ciento, e incluso hasta el 25% para algunas industrias en particular. Entre sus planes existe la imposición de la "Regla Buffet" que implica que aquellos con ingresos de más de un millón de dólares al año deben contar con un tipo impositivo superior al 30%.

El candidato republicano quiere rebajar los impuestos a todas las clases sociales. Los tramos de las rentas más altas, antes descritas, contarían con una tasa fiscal de un 26 y un 28 por ciento respectivamente. Romney recortaría el impuesto sobre sociedades del 35 al 25 por ciento, en línea con la media de la OCDE. Además apuesta por eliminar el impuesto sobre ingresos de capital cuando estos sean inferiores a 200.000 dólares.

Garantizar el pleno empleo y la formación laboral, un reto difícil

A parte de los 12 millones de empleos prometidos de aquí a 2016, Romney quiere revisar todos los programas de formación profesional para proceder a una descentralización del gobierno federal que ofrezca mayor potestad a los distintos estados, tanto en labores de formación como de subsidios por desempleo. El republicano ha prometido el incremento de visados para extranjeros altamente cualificados.

Obama, cuya administración ha creado alrededor de 4 millones de puestos de trabajo durante los últimos cuatro años y rebajado la tasa de paro desde máximo del 10% hasta el 7,9% del pasado mes de octubre, centra su política laboral en las inversiones en programas de educación y formación profesional. Dichos planes tienen como objetivo alcanzar el liderazgo mundial en cuanto a licenciados en educación superior se refiere antes de 2020. Para ello, la administración del demócrata apostaría por la contratación de alrededor de 100.000 profesores en asignaturas clave como las ciencias y las matemáticas. Además, como ha sido costumbre en su plan político, Obama incrementaría las inversiones en proyectos de infraestructura como forma para general empleos.

Petróleo y gas: así conseguirá EEUU la independencia energética en la próxima década

En lo que a energía se refiere, el plan esbozado por Romney contempla la exploración, perforación y explotación agresiva en suelo y costas de EEUU, a excepción de los parques nacionales y otras áreas actualmente restringidas. El republicano podría aprobar el desarrollo del polémico oleoducto Keystone XL. De ahí su hincapié por colaborar de cerca con los aliados de EEUU: Canadá y México para lograr la independencia energética en 2020.

Por el contrario Obama ha mostrados sus reservas en lo que al oleoducto Keystone XL se refiere y ha afirmado que se necesita mucho más tiempo para poder evaluar el impacto ambiental. La producción nacional de petróleo se ha incrementado en un 25% bajo su administración y las importaciones netas se han reducido en un 30% desde 2008. Obama y su equipo han anunciado la apertura de millones de acres en suelo y costas de EEUU para incrementar la producción pero buena parte de ellos no se han desarrollado hasta la fecha. La perforación en zonas de Alaska ha sufrido retrasos crónicos y la concesión de nuevos contratos en el Golfo de México se ha reducido significativamente.

Inmigración: ¿una puerta para garantizar la recuperación económica de EEUU?

La tarea pendiente de Obama durante sus cuatro años como presidente ha sido la reforma migratoria. Dicho esto el mandatario hizo uso de su autoridad como presidente y puso fin a la deportación de inmigrantes ilegales que llegaron al país cuando eran menores de edad, no cuentan con antecedentes penales y se han graduado de la escuela secundaria o servido en el ejército. Esta decisión forma parte de la ley DREAM, que sin la aprobación del Congreso ofrece un camino a la legalización a los ilegales menores de 30 años que cumplan una serie de requisitos. Obama ha prometido seguirá presionando para terminar de implantar esta ley durante un segundo mandato.

Por su parte Romney, como buen republicano, tiende a hacer referencia a la seguridad fronteriza y a un sistema migratorio que beneficie a la economía. Romney apoya la construcción de la valla de alta tecnología a lo largo de la frontera sur con México. Además quiere aumentar el número de agentes para garantizar la seguridad fronteriza. Para retener a los trabajadores cualificados, el republicano propone la oferta de una residencia permanente a los extranjeros que hayan obtenido un título superior en matemáticas, ciencias o ingeniería en una universidad de EEUU. Además quiere reformar el sistema de visas de trabajo temporal mediante la eliminación de requisitos para agilizar el proceso de obtención de un visado.

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