Israel destrozó el viernes carreteras, pasos elevados y tanques de combustible en Líbano, causando aún más devastación en la economía de su vecino como represalia por el secuestro de dos soldados israelíes cometido por la guerrilla de Hizbollah.
Aviones militares israelíes también bombardearon una base de guerrillas palestinas pro-sirias en el este de Líbano, dijeron fuentes de seguridad, sin que se informara por el momento de víctimas.
Columnas de humo negro se elevaban desde un depósito de combustible en llamas en la central eléctrica de Jiyyeh, al sur de Beirut, y desde tanques de combustible incendiados anteriormente en el aeropuerto internacional de la capital.
Cazas israelíes bombardearon la principal autopista Beirut-Damasco, endureciendo el bloqueo terrestre, naval y aéreo sobre Líbano, y atacaron también objetivos en barrios musulmanes chiítas de Beirut, matando a tres personas e hiriendo a otras 40, dijeron fuentes de seguridad.
El número de libaneses muertos se eleva ya a 60 desde que Israel empezó a vengar la incursión en su territorio de las milicias de Hizbollah el miércoles último, cuando dos soldados israelíes fueron capturados. El grupo guerrillero quiere intercambiarlos por prisioneros detenidos en Israel, Hizbollah ha lanzado una lluvia de cohetes al otro lado de la frontera, matando a dos civiles israelíes e hiriendo a otros 95, en los peores incidentes de violencia desde que tropas israelíes abandonaran Líbano hace seis años.
Israel responsabilizó a Líbano por las acciones de Hizbollah, un grupo islamista respaldado por Siria e Irán que tiene representantes en el Parlamento y en el gobierno.
El frágil gobierno de Beirut, demasiado dividido como para desarmar a la facción chiíta que controla de facto el sur de Líbano, ha instado al Consejo de Seguridad de la ONU a detener el embate israelí.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y su jefe de seguridad optaron el jueves por la noche por aumentar sus operaciones de castigo.
"Se tomó la decisión de intensificar las operaciones de Israel en Líbano", dijo la Radio del Ejército Israelí citando a fuentes políticas. La decisión se tomó tras dos ataques con misiles sin precedentes contra el puerto de Haifa, de los que Israel acusó a Hizbollah, que a su vez negó haber disparado contra la ciudad, situada a 30 kilómetros de la frontera libanesa.
Nadie resultó herido en los ataques.
Familias libanesas hacían fila para conseguir combustible y acumulaban alimentos y bebidas ante la explosión del conflicto entre israelíes y Hizbollah, que ha sacudido los mercados financieros en ambos países.
Los comercios de Beirut permanecían cerrados en su mayoria y los turistas han abandonado el país.
Abiones israelíes arrojaron panfletos en suburbios de Beirut y en algunas ciudades del sur alertando a los pobladores para que semantengan alejados de las oficinas de Hizbollah, dijeron testigos. Esto alimentó especulaciones de que el carismático líder del grupo, Sayyed Hassan Nasrallah, podría ser uno de los próximos objetivos.
El asalto a Líbano coincide con una importante ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, que busca liberar a otro soldado secuestrado y detener el lanzamiento de cohetes que efectúan milicias palestinas.
En Teherán, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, advirtió a Israel que no ataque Siria, diciendo que esa acción podría ser considerada un asalto al mundo islámico todo que podría acarrear una "feroz respuesta", según reportó la televisión local.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en visita a Alemania, menifestó su preocupación por el destino del gobierno libanés de tendencia antisiria, pero no criticó abiertamente las represalias israelíes.
La Unión Europea y Rusia criticaron lso ataques de Israel en Líbano como una peligrosa escalada en el conflicto de Oriente Medio.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá el viernes más tarde pero Estados Unidos ya ha vetado una resolución presentada por Qatar en representación de los estados árabes que pedía a Israel que termine su ofensiva en Gaza inmediatamente.