
Las pérdidas que asumió hace unos meses el sector privado en Grecia no son suficientes a juicio del FMI. Con dos rescates a su espalda, el país parece incapaz de reducir su deuda y déficit hasta niveles sostenibles y la UE se encuentra con el dilema de si darle más tiempo para cuadrar sus cuentas. Mientras, el país debate nuevos recortes y los ciudadanos, cansados de los ajustes, han convocado hoy una huelga general en la que se han producido enfrentamientos con gases lacrimógenos y cócteles molotov.
La solución, a juicio del FMI, pasa por que los gobiernos de la Eurozona y el BCE asuman pérdidas en sus préstamos a Grecia con el fin de reducir la carga de deuda helena. Algo que no ha gustado a los aludidos, que hace meses ya rechazaron esta opción.
La petición del FMI ha provocado un enfrentamiento dentro de la troika (de la que forman parte, además, la Comisión y el BCE) porque los europeos se niegan a aceptar una quita y se inclinan por dar más tiempo a Atenas, hasta dos años, para corregir su déficit, según fuentes de las tres instituciones.
La troika se ha marcado como objetivo del plan de ayuda a Grecia (que suma ya 240.000 millones de euros entre los dos rescates) reducir su nivel de deuda hasta el 120% del PIB en 2020 para hacerla sostenible y recuperar la confianza del mercado. Sin embargo, los retrasos en el plan de ajuste provocados por las elecciones celebradas la pasada primavera han puesto en riesgo este objetivo.
Las autoridades griegas han pedido dos años más para cumplir las metas de reducción del déficit y han estimado que esta prórroga costaría 15.000 millones de euros adicionales. Otras estimaciones elevan esta cantidad hasta 30.000 millones.
¿Dar más tiempo servirá?
Los europeos están de acuerdo con dar más tiempo a Atenas y pretenden cubrir esta brecha de financiación con la emisión de más deuda a corto plazo, rebajando los tipos de interés de los préstamos o renovando la deuda en manos del BCE.
Pero el FMI rechaza esta solución provisional y pide a los países de la Eurozona que asuman pérdidas en sus préstamos a Grecia, tal y como ya hizo la banca privada hace unos meses.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ya ha dejado claro que el BCE no cubrirá las necesidades de financiación de Grecia. A su juicio, son los ministros de Finanzas los responsables de "decidir sobre posibles brechas financieras". "Éstas no deben ser cubiertas por los bancos centrales", ha insistido.
Grecia se paraliza
El país se ha paralizado hoy con motivo de la huelga convocada por las principales confederaciones sindicales contra los nuevos raecortes que el Gobierno de Antonis Samaras anunciará en los próximos días.
El Ejecutivo heleno ha concluído el diseño de un plan de recortes, por valor de 12.000 millones de euros, que pretenden apaciguar a los prestamistas internacionales. Samaras y su ministro de Finanzas acordaron la última lista de medidas en una reunión efectuada el martes por la noche, y ahora buscarán la bendición de los líderes del partido que componen la coalición gobernante y de los funcionarios de la troika, dijeron altos cargos del Gobierno.
"El Gobierno ha finalizado el paquete de medidas (...) ha resuelto todos sus detalles", ha señalado a Reuters un alto cargo gubernamental, sin dar ningún detalle sobre lo que se ha acordado.