
¿Activará el Banco Central Europeo (BCE) su programa de compra de deuda española para relajar la presión? ¿Qué consecuencias tendrá? El economista Santiago Niño Becerra piensa que la institución no tardará en pasar a la acción, "porque a nadie le interesa un cataclismo y porque no están de moda".
Ahora bien, opina que este paso será un "mero parche". Cree que "España no va hacia un cataclismo", pero sí avanza hacia un modelo económico totalmente nuevo, en el que "premiará la eficiencia en el uso de unos recursos escasos en un entorno de escasez".
"Pienso que el BCE comprará deuda, pero será transitorio, un parche, un esperar hasta que acaben de pertrecharse de las herramientas precisas quienes han de llevar a cabo el trabajo. Convergencia presupuestaria, convergencia bancaria, convergencia de deuda...", comenta Niño Becerra en su blog de La Carta de la Bolsa. Y con intervención directa, añade el economista. Es decir, sin capacidad para decidir apenas nada, y cumpliendo lo que dictan desde Bruselas.
"No, no vamos hacia un cataclismo porque no resolvería absolutamente nada y porque el sistema aún tiene recorrido", señala en su artículo. Sí se producirá algo parecido a un cataclismo cuando el sistema ya esté agotado. Pero Niño Becerra piensa que "para eso aún falta un poco, y que será un cataclismo bastante controlado".
Ahora bien, a su juicio, ahora "viene una época muy complicada porque va a suponer tener que aceptar que bastantes personas no van a ser necesarias para generar PIB, es más, que no tienen que generar PIB aunque quieran porque generar ese PIB tendría unas consecuencias muchísimo más graves que no generarlo". Es en este sentido, por donde irá el nuevo modelo: pasará por ser eficiente "en el uso de unos recursos escasos en un entorno de escasez".
Del mismo modo, el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull piensa que los cambios llegarán al mismo concepto de Estado y a las divisiones territoriales de los países. "Lo importante será la generación de ese valor, no el Estado en el que se genere". Precisamente uno de los fracasos de uniones tipo la UEM o Mercosur ha sido pensar en términos de países -"en el momento no se podía pensar de otro modo-" y no en términos de clusters, señala Niño Becerra. "Pero pienso que hacia eso vamos".
En resumen, concluye: "Momentos muy duros, si; nada volverá a ser como fue, también; cambios radicales en el modo de ver y de hacer las cosas, desde luego; pero el fin del mundo, en absoluto. De todas las crisis sistémicas se ha salido hasta ahora; no va a ser la actual la excepción".