Desde hoy quedan excluidos de la financiación pública 417 fármacos.
Los españoles deberán pagar de su bolsillo 450 millones de euros más al año por sus medicamentos, es decir, casi 10 euros más por persona que se sumarán a una cesta de la compra en salud que ya se ha visto encarecida con el nuevo copago farmacéutico.
A la subida generalizada de impuestos, tasas y servicios, hay que añadir desde hoy la entrada en vigor del nuevo medicamentazo, que excluye de la financiación pública 417 fármacos que hasta ahora sufragaba el Sistema Nacional de Salud.
En general, se trata de tratamientos de síntomas menores como mucolíticos, laxantes, antiácidos o lágrimas artificiales, entre otros, con un precio medio de 5,42 euros por envase, si bien el listado incluye también medicamentos que, en opinión de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), sí deberían financiarse "por tratar dolencias que no pueden considerarse leves, como la EPOC o la fibrosis quística", aseguran.
El Ministerio de Sanidad calcula que la medida, que tiene dos precedentes en 1993 y 1998, generará un ahorro de más de 450 millones de euros. Un recorte para la Administración pero un coste que "se traslada a los ciudadanos", como denuncia la secretaria de Política Social del PSOE, Trinidad Jiménez.
Con la subida del copago farmacéutico para la población activa y el pago por primera vez de los pensionistas por sus recetas desde el pasado 1 de julio, el nuevo medicamentazo incrementará fuertemente el gasto medio por hogar en medicinas y otros productos farmacéuticos, que ascendió a 388,26 euros en 2010, según la Encuesta de Presupuestos Familiares.
Pese al paulatino cambio en la financiación de la sanidad pública hacia una mayor contribución privada, sólo el 5,6 por ciento de los 12.207 millones que costó la factura de recetas en 2010 se hizo mediante la aportación directa de los beneficiarios.
La cifra de ahorro avanzada por el Gobierno podría ser mayor, a juicio del sector. La patronal europea de la industria de autocuidado de la salud calcula que el ahorro total para el sistema público ascenderá a 1.205 millones de euros, sin contar los derivados de reducir visitas médicas y tiempo de consulta.
Una cantidad similar a la barajada por la Federación Empresarial de Farmacéuticos de España, eso sí, siempre y cuando no se produzca un desplazamiento en la prescripción hacia fármacos financiados, que podría reducir el ahorro en 500 millones, advierten.
Más de la mitad de los 88 grupos de medicamentos con el mismo principio activo excluidos cuenta con alternativas financiadas. Así, la retirada de un producto tan popular como el Almax (almagato) para secreción ácida excesiva se sustituirá por un omeprazol o ranitidina, pero no va a servir para poder financiar, por ejemplo, un nuevo medicamento para el cáncer, sostiene Sefac.
Esto mismo puede ocurrir con al menos 14 grandes grupos de fármacos desfinanciados, desde los tratamientos de las hemorroides hacia corticoides tópicos o de los antidiarréicos, que pueden sustituirse por sales de rehidratación oral, que sí están financiadas.
El Ministerio justifica el medicamentazo como una opción para financiar la inclusión de fármacos de última generación para tratar enfermedades graves o invalidantes, ante el agujero sanitario de más de 16.000 millones registrado en 2011.
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