Economía

Sala i Martín: ¿Cómo ha llegado Cataluña a pedir el rescate al Estado?

  • De la irresponsabilidad de la Generalitat a la incompetencia del gobierno central

Hace meses que muchas empresas españolas, como las comunidades, tienen los mercados financieros internacionales cerrados. Eso se debe, en opinión del Catedrático de Economía de la Universidad de Columbia, Xavier Sala i Martín, a que los inversores piensan que el posible colapso de la economía hace que las entidades corran el riesgo de colapsar también. "Consecuencia: la incompetencia del gobierno de España amenaza con contaminar al resto de la economía", apunta.

Lo mismo ocurre con Cataluña, que ha perdido el acceso al crédito bancario y, al parecer, no tiene más opción que pedir prestado a los fondos de rescate estatales creados para estas ocasiones. Ahora al Fondo de Liquidez, pero antes a los fondos ICO. Ahora bien, ¿cómo ha llegado Cataluña hasta aquí?

Entre 1997 y 2003, cuando la comunidad estaba presidida por Jordi Pujol, explica Sala i Martín, la deuda total en euros se mantuvo constante y apenas subió de 9.200 millones a 10.900 millones de euros. Como el PIB subió muy rápidamente debido al boom inmobiliario, la deuda como fracción del PIB bajó más de dos puntos porcentuales y pasó del 9,7% al 7,4% del PIB.

Entre 2003 y 2008, durante los gobiernos tripartitos de Pascual Maragall y José Montilla, prosigue el economista, la deuda absoluta aumentó en casi un 50% y pasó de 10.900 a 15.776 millones de euros. "Eso, a pesar de que la economía estaba experimentando un importante boom económico". De esta evolución, piensa Sala i Martí, se puede extraer una lección: "Durante las épocas de bonanza los gobiernos deberían ahorrar para no pasarlo mal en épocas de crisis".

Pero lo que ocurrió es que en lugar de ahorrar, la Generalitat no sólo dilapidó todos los ingresos extraordinarios y temporales sino que gastó mucho más de lo que ingresaba. Larga es la lista del malgasto, señala el economista. "Desde la construcción de aeropuertos y otras infraestructuras absurdas, un aumento del gasto sanitario como si la bonanza tuviera que durar toda la vida hasta estaciones de metro decoradas por los mejores y más caros arquitectos y diseñadores del mundo". Resumiendo, añade, "una vergonzosa demostración del escaso respeto que el Govern de la Generalitat tenía por el dinero del contribuyente".

Y llegó la recesión

Esta situación prosiguió hasta que explotó la burbuja y llegó la recesión, alrededor de la segunda mitad de 2008. La crisis comportó una caída en picado de la recaudación fiscal. Como el Govern se había comprometido a un gasto público elevado "y como al principio no se tomó en serio la crisis y siguió gastando como si no pasara nada", la diferencia entre el gasto y los ingresos, la deuda pública, pasó de 15.776 a 20.825 millones en un año.

"Cuando Montilla y el tripartido se marcharon en 2010, la deuda (34.229 millones de euros) doblaba la que se encontró al llegar a la Generalitat y triplicaba la que el primer tripartito de Maragall encontró en 2003". La deuda había pasado del 7,4% al 17,3%.

Llegada de Mas al Govern

En 2010 llegó a la presidencia Artur Mas. Su política, nada más aterrizar, explica Sala i Martín, fue la austeridad germana. No obstante, la deuda bajo su mandato ha seguido subiendo y ha alcanzado los 42.000 millones (el 21% del PIB) según los últimos datos del Banco de España.

¿Cómo puede ser?, pregunta el Catedrático de Economía. "Pues porqué, como ya he explicado muchas veces, la austeridad, por más necesaria que sea a medio y largo plazo, tiende a agravar las crisis económicas a corto plazo, y la recaudación sigue cayendo". Si a esta situación se le suma que cada vez se pagan más intereses como consecuencia del aumento de la prima de riesgo, y de que la deuda es cada vez más grande, la deuda de la Generalitat sigue subiendo.

Los responsables

A la hora de buscar culpables, Sala i Martín tiene claro que "el primer gran responsable de la deuda de la Generalitat es la propia Generalitat". "El dispendio descontrolado y la falta de ahorro durante los años de la burbuja han causado un aumento problemático de la deuda", añade.

Pero también señala que el aumento de la deuda experimentado por Cataluña, sea o no sea culpa de la mala gestión de la Generalitat, no puede explicar por sí sola el hecho de que no tenga acceso a los mercados de capital y se vea obligada a pedir un rescate al estado.

¿Por qué los mercados, pues, no quieren dejar prestado a Cataluña? "Por una razón muy simple: porque no es un estado independiente sino que forma parte de España". Y eso, tiene, en su opinión, consecuencias para el déficit.

La primera, "y por razones que escapan a toda racionalidad, el gobierno de España se ha dedicado a ir por el mundo diciendo que el responsable principal del déficit del estado son las autonomías a pesar de que el 60% el déficit total corresponde a la administración central del estado".

Y otra de las consecuencias de formar parte de España es que "los mercados saben que los impuestos que pagan los ciudadanos y las empresas catalanas no son administrados por la Generalitat sino que se van a España y es el gobierno de España el que decide cuánto dinero regresa a Cataluña". Y se estima que, en promedio, solo regresa el 60% de los impuestos pagados por los ciudadanos y las empresas catalanas, indica.

Y como conclusión, Sala i Martín deja claro que la mala gestión de la Generalitat ha hecho que su deuda pública se haya disparado en los últimos años. Pero "la verdad es que la incompetencia y deslealtad del gobierno del estado y el sistema de financiación de las autonomías hacen que el rescate de Cataluña haya sido inevitable", sentencia.

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