Economía

Paul Ryan: de cocinero del McDonalds a candidato republicano a la vicepresidencia de EEUU

Paul Ryan. Foto: archivo

De cocinero en un McDonalds, donde su timidez no consiguió que llegase a ser cajero, a candidato republicano a la vicepresidencia de Estados Unidos. La historia de Paul Ryan cumple a la perfección el guión del sueño americano, una fórmula perfecta a la hora de atraer al electorado más conservador a este lado del Atlántico. Y es que este ferviente católico de 42 años cuenta con el balance perfecto de carisma y seriedad. Desde su más tierna infancia en Jamesville, Wisconsin, Ryan ya apuntaba maneras. La esperanza republicana se llama Ryan: Romney ya tiene vicepresidente.

Durante su paso por el instituto, no sólo consiguió erigirse con popular título de "rey" durante el popular baile de promoción, sino que también fue el presidente de su clase, encargado de lidiar con los problemas y peticiones de sus compañeros de clase. Eso sí, Ryan se ganó la fama de "mayor pelota" del curso, según puede leerse en el anuario de su clase. Calificativos adolescentes de lado, es cierto que el congresista de Wisconsin tuvo que convertirse en el cabeza de familia a una edad temprana.

Cuando a penas rozaba los 16 años, Ryan encontró a su padre muerto en la cama tras ser víctima de un infarto y posteriormente tuvo que cuidar de su abuela, quien sufría Alzheimer, de ahí que su sentido de la responsabilidad venga de lejos. Tras su paso por la Universidad de Miami, la curiosidad política de Washington llamó la atención de este apasionado de la pesca y Led Zeppelin. Su labor de becario en el Congreso pronto dio paso a una ristra de empleos en la capital del país que culminaron con su victoria como congresista de Wisconsin en 1998.

Además, como presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara, Ryan es el autor y padrino intelectual de la hoja de ruta fiscal del partido republicano, que apuesta por frenar la expansión de programas sanitarios como el Medicare, recortar programas de protección social y extender los recortes fiscales de la era Bush, incluidas las rentas más altas. ¿Su principal objetivo?: conseguir poner en orden el déficit del país y evitar un mayor descontrol del mismo.

Ryan, un deportista nato que practica a diario el popular programa de ejercicios P90X, es también una verdadera máquina de recaudar fondos en el capitolio. De hecho está considerado como uno de los niños mimados de varios comités de acción política (Super PAC). Prueba de ello es que poco después de ser elegido por Romney como su mano derecha en la papeleta republicana, Ryan participó en una reunión privada en Las Vegas con el magnate de los casinos Adelson Sheldon, ferviente republicano y figura crucial en la recaudación para la campaña del partido.

Como buen republicano de pro, Ryan se opone al derecho al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo, además de contar con el apoyo de los lobbies a favor del uso de armas de fuego. Eso sí, entre algunas de sus posiciones más polémicas, el candidato a la presidencia de EEUU entró en conflicto con algunos de sus colegas republicanos al apoyar durante la crisis financiera de 2008 el rescate público a la industria automotriz y al sector financiero, un hecho que levantó ampollas entre los republicanos más conservadores.

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