
Se argumenta, en ocasiones, que la Unión Europea ha avanzado muy poco desde que se firmó el Tratado Maastrich. Es más, salvo pinceladas, muchos creen que continúa siendo aquella Comunidad Económica que fue antes de que se pretendiense que fuese otra cosa, señala el economista Santiago Niño Becerra en su blog de La Carta de la Bolsa.
Pero, en su opinión, la pregunta más acertada sería si en las circunstancias actuales es posible que Europa sea otra cosa diferente que una Comunidad Económica. "Es una falacia que exista una Europa, existen muchas, incluso dentro de un mismo país hay varias", piensa.
Por ejemplo, ¿qué tienen en común salvo himno y bandera los estados de la RFA de Brandemburgo y Baden-Wurttemberg?, se cuestiona. "En Europa la excepción es la regla, de ahí que la geometría variable y la multivelocidad deban ser la norma".
Como en otras ocasiones, Niño Becerra insiste en que "cuando el mundo fue bien muchas cosas pudieron meterse bajo la alfombra, pero cuando la harina disponible disminuyó a medida que se fue agotando la mohína se fue enquistando en las mentes de las ciudadanías de Europa".
Ante este panorama, ¿qué propone el economista? A su juicio, ahora debería irse por otro lado y adoptar la estrategia de ir a lo seguro. En este sentido propone "potenciar clusters posibles, ejes de actividad, redes de colaboración; aunque eso suponga dejar, temporalmente, cosas al margen. Ni hay para todo ni para todos, y los Santos cada vez son menos", sentencia.