
La confianza de los gestores globales en la economía mundial recae, pero no se desploma porque creen en la solidez de sus empresas tras los duros ajustes ejecutados desde 2008.
Una nutrida peregrinación de líderes económicos y políticos confluye como cada año por estas fechas en la localidad suiza de Davos para celebrar entre la nieve alpina una nueva edición de la reunión anual de Foro Económico Mundial. Desde este miércoles y hasta el domingo, se esforzarán en diagnosticar los males de la economía planetaria. E intentarán esbozar fórmulas que marquen el principio del fin de una crisis que ya dura un largo y duro lustro y se precipita hacia una recaída.
Davos pretendió el año pasado recuperar la sonrisa y pasar la página de la crisis, aún reconociendo que la recuperación se anunciaba desigual y no exenta de incertidumbres. Las expectativas sobre las economías emergentes elevaban en enero de 2011 la confianza de los grandes jefes globales a niveles equiparables a los de principios de 2007, en vísperas de que se desencadenara el temporal.
Pero los augurios sobre un mundo que se aleja cada día más de la utopía y se acerca a las hogueras del infierno vuelven a teñir de negro la batería de informes que en los días previos a la cita en Davos han venido desvelando los organizadores y los participantes para alimentar los debates de esta semana.
Encuesta a los jefazos globales
El porcentaje de consejeros delegados globales muy confiados en las perspectivas de crecimiento de sus empresas en los próximos doce meses cae este año y se sitúa en el 40%, tras encadenar dos años de recuperación en 2010 y 2011, después de haber tocado fondo en 2009. La confianza no se desploma tanto como tras el colapso en otoño de 2008 del gigante bancario estadounidense Lehman Brothers. Los directivos confían ahora en la solidez de sus empresas tras los duros ajustes emprendidos desde el inicio de la crisis.
El 48% de la flor y la nata de los directivos mundiales cree que la economía global empeorará en los próximos doce meses; el 34% considera que seguirá igual; y sólo el 15%, que mejorará. Así lo asegura la XV Encuesta Anual de Consejeros Delegados Globales elaborada por PricewaterhouseCoopers y presentada en la víspera del Foro Económico Mundial. Son los resultados de 1.258 entrevistas con líderes empresariales de sesenta países.
De la utopía al infierno
"La vulnerabilidad mundial ante nuevos choques económicos y los riesgos de turbulencias sociales amenazan con debilitar el progreso aportado por la globalización", advierte el Foro Económico Mundial en su informe Riesgos Globales 2012. Los desajustes fiscales crónicos y la grave disparidad de ingresos serán los riesgos predominantes en los próximos diez años. Amenazarán el crecimiento mundial al suponer un peligroso caldo de cultivo de nacionalismos, populismos y proteccionismos.
Además, el mundo aún es vulnerable a choques sistémicos financieros, y posibles crisis alimenticias y de agua. El informe describe 50 riesgos globales agrupados en categorías: económicos, medioambientales, sociales, geopolíticos y tecnológicos. El documento lo publicó el Foro Económico Mundial con Marsh & McLennan, Swiss Re, Wharton Center for Risk Management y Zurich.
En el capítulo económico, el informe alerta del endeudamiento excesivo y crónico de los Estados, los desequilibrios también crónicos de los mercados laborales, la elevada volatilidad de los precios de las materias primas energéticas y agrícolas, el aterrizaje brusco de las economías emergentes, nuevos agujeros negros en el sistema financiero internacional, la falta prolongada de la debida atención a las infraestructuras, crisis recurrentes de liquidez, una marcada desigualdad de ingresos y riqueza, consecuencias negativas inesperadas de la reglamentación excesiva o insuficiente, y una situación ingestionable de inflación o deflación.
Otros riesgos son el creciente número de jóvenes con pocas perspectivas, el creciente del número de jubilados que depende de Estados endeudados hasta las cejas, y el aumento de la brecha entre ricos y pobres. Todo lo cual alimenta el resentimiento global. El documento advierte que las políticas, normas e instituciones del siglo XX no podrán seguir protegiéndonos en un mundo más complejo e interdependiente. Su debilidad queda al descubierto frente a los riesgos que generan las nuevas tecnologías, la interdependencia financiera, el agotamiento de recursos y el cambio climático.
La vida cotidiana queda expuesta al lado oscuro de la conectividad al depender casi en su totalidad de sistemas conectados en línea. La sociedad de la aldea global es más vulnerable ante individuos, instituciones y naciones maliciosas con cada vez más capacidad de desatar ciberataques devastadores de manera anónima y remota.
Refuerza tan negros augurios el Índice de Confianza Global, cuya más reciente edición publicó este lunes el Foro Económico Mundial. De los más de 345 expertos de los sectores público y privado entrevistados para elaborar este indicador, el 54% prevé una grave perturbación geopolítica en los próximos 12 meses, porcentaje que era de sólo un 36 por ciento en el trimestre precedente. Y un 60 por ciento de los encuestados mostraron su desconfianza en la gobernanza mundial y el liderazgo de los políticos para solventar riesgos globales económicos, geopolíticos, tecnológicos y medioambientales.
Otro de los documentos que animarán los debates de Davos será la edición 2011-2012 del informe sobre Competitividad Global, elaborado para el Foro Económico Mundial bajo la dirección del catalán Xavier Sala-i-Martín, catedrático de la Universidad de Columbia.
España remonta pero...
España recupera algo del terreno perdido al figurar en el puesto 36, tras encadenar varios años de retrocesos que la llevaron a descender desde el puesto número 29 alcanzado en 2008 hasta un mucho más mediocre lugar 42 el año pasado. El informe no es, no obstante, complaciente con la economía española: "El progreso de este año se puede atribuir a ligeras mejoras en varias áreas, y también por el deterioro del rendimiento de otras economías que en años previos se situaron en el ranking por delante de España".
"Pese a una lenta recuperación económica y un importante debilitamiento de su estabilidad macroeconómica, el país se las ha arreglado para mejorar sus resultados gracias a una utilización mayor de las tecnologías de la información y la comunicación y su resistencia en lo que se refiere a las inversiones en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i)", detalla en su apartado sobre España.
"Más mejoras de estos factores que impulsan el crecimiento serán cruciales para su futura recuperación y su muy necesaria transformación económica", explica el informe antes de subrayar que "la competitividad española se ve obstaculizada por sus desequilibrios macroeconómicos". El documento lamenta que los muy elevados déficit y deuda pública, y su baja tasa de ahorro han causado "un gran estrés en sus mercados financieros y están asfixiando el acceso a recursos financieros tanto en inversiones en valores como en acceso al crédito".
El informe aconseja a España que "convierta en una prioridad a corto plazo recuperar la estabilidad macroeconómica no sólo reduciendo el déficit público sino también adoptando las reformas que impulsen el crecimiento".
Ahorro sostenible de recursos
Otro de los informes desvelados por el Foro Económico Mundial en las fechas previas a las conferencias que se celebrarán en Davos, elaborado en este caso en colaboración con Accenture, asegura que las grandes economías mundiales podrían ahorrar 2 billones de dólares en 2030 si van adaptando su uso de recursos: energía, minerales, materias primas agrícolas, agua, gestión de deshechos, etcétera. El informe se titula Más con menos: aumentar el consumo sostenible y la eficiencia de los recursos.
Subraya las "preocupantes" rigideces en el mercado laboral español tanto para contratar como para despedir, y la desconexión entre la fijación de los salarios y los niveles de productividad. Y a ambos factores los acusa de haber deteriorado la competitividad internacional de España al haber impedido que el país se ajustara rápidamente tras la crisis económica y el estallido de la burbuja del sector de la construcción. Y los culpa de expulsar del mercado aúna parte sustancial de la mano de obra.