
En una comparecencia ante el Parlamento germano, la canciller alemana, Angela Merkel, ha insistido en su tesis de que no hay que esperar un solución repentina a la crisis, sino que se trata de un proceso que durará años y subrayó que la única posibilidad de alcanzar una unión fiscal es a través de cambios en los tratados.
"La resolución de la crisis de la deuda soberana es parte de un proceso y dicho proceso durará años", afirmó Merkel, quien reiteró que en estos momentos plantear la cuestión de los eurobonos es un "sinsentido".
"El que todavía no haya entendido que los eurobonos no son la solución a la crisis es porque no ha entendido la crisis", aseveró la mandataria.
"Los corredores de maratones suelen decir que la carrera se vuelve especialmente dura a partir del kilómetro 35, pero también advierten de que alcanzar la meta es posible si eres consciente del desafío desde el principio de la misma y te enfrentas a él de la manera adecuada", planteó la canciller.
Control presupuestario
Además, destacó que requiere cambios en los tratados europeos para exigir más disciplina fiscal y establecer normas vinculantes en el control de los presupuestos públicos. Concretamente, señaló que se debe pasar de tener criterios de referencia -el 3,0% del PIB para el déficit y el 60% para la deuda- a tener criterios vinculantes, cuyo cumplimiento se monitorice y cuyo incumplimiento conlleve sanciones automáticas.
"La Eurozona está a punto de aprobar una unión fiscal con reglas estrictas, al menos para la zona euro. El elemento central de esta unión supondrá un nuevo techo de enduedamiento", explicó.
Tras esta comparecencia, el próximo lunes se reunirá con el presidente francés Nicolas Sarkozy para lanzar propuestas conjuntas sobre un nuevo tratado de la Unión y de la gobernanza de la zona euro.
Ayer, el mandatario galo ya avanzó algunas de las líneas maestras de actuación para "refundar" Europa. En una comparecencia de 50 minutos, Sarkozy recordó la importancia vital que tiene para la región comunitaria que Alemania y Francia permanezcan unidas y advirtió de que la desaparición del euro tendría "consecuencias dramáticas para los franceses". "Como jefe del Estado no puedo dejar que se produzca este desastre", incidió.
En el horizonte, se vislumbra la decisiva cumbre de la próxima semana, en la que se debería decidir el futuro del euro. El resultado más probable de la cita de líderes europeos el 8 y el 9 de diciembre, según fuentes diplomáticas, es un principio de acuerdo que ponga en marcha una reforma del Tratado de la UE para, como exige Berlín, endurecer la disciplina presupuestaria en la zona euro. A corto plazo, el Banco Central Europeo (BCE) tendría que seguir comprando deuda de países como Italia para evitar el caos económico global.