Economía

Italia suscita la irritación creciente de sus socios europeos

Silvio Berlusconi

Roma está bajo presión creciente de sus socios para reducir su déficit y Silvio Berlusconi, jefe del Gobierno italiano, ha tenido que dar explicaciones ante Van Rompuy, Merkel y Sarkozy antes del comienzo del consejo europeo.

El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, tenía previsto reunirse en la mañana de este domingo con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, informaron fuentes de la presidencia francesa, en un momento en que Roma está bajo presión creciente de sus socios para reducir su déficit.

El encuentro está previsto poco antes del inicio de la cumbre de dirigentes europeos hacia las 10 horas, sobre los medios para evitar el contagio de la crisis de la deuda.

Berlusconi tuvo que dar explicaciones antes al presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, sobre el asunto.

La víspera, se reunió en Bruselas con Merkel para defender su punto de vista. "Hablé con la Señora Merkel", dijo al margen de una reunión sobre derechos europeos. A la pregunta de saber si había convencido a la canciller, Berlusconi respondió un lacónico: "Pienso que sí".

Italia suscita la irritación creciente de sus socios europeos que dudan de la capacidad del gobierno de Berlusconi para mantener sus finanzas bajo control y teme que el país provoque una crisis grave en la Eurozona.

Le piden en particular que precise los compromisos ya adquiridos en materia de reducción del déficit presupuestario, mientras que la Comisión Europea exige reformas estructurales adicionales de la economía italiana.

El descontento es si cabe mayor en un momento en que la zona euro busca proteger a Italia y a España del contagio de la crisis de la deuda, reforzando la capacidad de intervención del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, el FEEF.

En el ojo de mira de los mercados, Italia adoptó en julio y en septiembre medidas de austeridad que deberían permitir al país alcanzar el equilibrio presupuestario para 2013 y reducir su colosal deuda de 1,9 billones de euros (120% du PIB).

Pero mientras la coyuntura económica se ensombrece, los socios de Italia dudan, como los mercados y las agencias de calificación que han bajado la nota del país desde finales de septiembre, de que Roma pueda cumplir sus objetivos.

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