Economía

Grecia choca con problemas legales para despedir a 30.000 funcionarios

Primero disparan y luego preguntan los sabuesos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Apenas desembarcaron en Atenas para evaluar sobre el terreno si el Gobierno griego cumple su promesa de sanear sus presupuestos públicos, reformar su economía y emprender un amplio programa de privatizaciones, los inspectores de esta terna o troika de organismos internacionales volvieron a exigir el despido inmediato de 30.000 funcionarios y empleados de empresas públicas. | Sarkozy: "Dejar caer a Grecia es dejar caer a Europa"

Pero ni siquiera está claro que el Gobierno griego tenga margen para cumplir esta promesa. Según informaba ayer el rotativo estadounidense The Wall Street Journal, la Constitución griega garantiza a los funcionarios su empleo hasta la jubilación. De modo que el plan de recortar el sector público podría violar la Carta Magna de la República Helénica.

Por su parte, el presidente francés Nicolas Sarkozy anunció ayer que en los próximos días acudirá a Berlín para revisar con la canciller Angela Merkel la aplicación del plan de rescate de Grecia, y el proceso de integración de las políticas económicas de los países de la zona euro. Lo dijo tras recibir por la tarde en París a George Papandreu, primer ministro griego.

Papandreu reiteró su compromiso de hacer cuanto sea necesario para no incurrir en un impago. Y Sarkozy subrayó que Europa tiene "una obligación moral y económica de solidaridad con los griegos".

La eficacia de la intervención en Grecia y la capacidad del fondo de rescate para apuntalar a países como Italia o España despierta dudas en los mercados. Hasta el punto de que las decisiones adoptadas en julio y aún pendientes de ejecución se consideran caducas e insuficientes. Hay conversaciones informales para aumentar la quita del 21 por ciento que se pactó imponer a los bancos que poseen deuda griega, incluso hasta un 50 por ciento. Y para apalancar el fondo de rescate de forma que eleve su capacidad de movilizar 440.000 millones de euros hasta 2 billones.

Pero los responsables comunitarios se resisten a dar el paso en este sentido hasta que todos los países del euro hayan ratificado los acuerdos de julio que suponen un refuerzo menor del fondo. Y hasta que se exploten otras opciones del plan de rescate, como prestar 20.000 millones de euros a Atenas para que recompre cuanta deuda pública propia le sea posible y así rebajar la carga de la misma. La recompra se haría a los precios devaluados con los que el papel heleno se comercia en el mercado secundario.

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