Economía

Los bancos se oponen a revisar las condiciones de la ayuda a Grecia

A los bancos no les gusta la idea de tener que perdonar más deuda a Grecia de la contemplada en los acuerdos del pasado mes de julio. Así lo ha señalado Josef Ackermann, presidente del Consejo Ejecutivo del IIF, el lobby bancario que que participó en las negociaciones del segundo rescate a Grecia en representación del sector privado.

Obligar a los acreedores privados a devaluar sus carteras de bonos griegos en más del 21%, como fue acordado en julio, causaría rápidamente un efecto dominó que extendería la crisis por otras partes de Europa, advirtió Josef Ackermann, presidente del Consejo Ejecutivo del Instituto de Finanzas Internacionales, (IIF, por sus siglas en inglés).

Alemania y otras naciones ricas de la eurozona han intentado renegociar el acuerdo de julio, por considerar que la situación económica de Grecia se ha deteriorado significativamente desde entonces y requiere una reducción mayor en la deuda soberana del país.

Sin embargo, el directivo ha rechazado esta opción. Según afirmó, el acuerdo es justo y somete ya a una pesada carga a los bancos precisamente cuando el mercado sufre una gran incertidumbre.

Fondos estructurales

Por su parte, la Unión Europea (UE) pretende destinar fondos estructurales a los bancos griegos para garantizar el crédito y estimular así el crecimiento económico del país heleno, según ha revelado el director del equipo especial de la Comisión Europea para Grecia, Horst Reichenbach, en una entrevista publicada en la edición de este lunes del diario alemán Die Welt.

Reichenbach ha explicado que la medida pretende subsanar "la falta de acceso a la financiación de la economía real", lo que considera que es uno de los principales problema de Atenas. "El sector bancario es muy sólido, pero ha sufrido mucho en la crisis de deuda soberana. Ahora no está en condiciones de financiar ni de apoyar el crecimiento que tanto necesita el país", ha indicado el funcionario europeo.

La semana pasada, Reichenbach recordó que de los 20.000 millones de euros de los fondos estructurales disponibles para el país heleno, su Gobierno solo ha utilizado el 30%, por lo que el resto podría destinarse al desarrollo de infraestructuras, energías renovables, agricultura y turismo.

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