
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Eurozona han alcanzado este jueves un acuerdo sobre el segundo rescate de Grecia que incluirá nuevos préstamos de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y una contribución de la banca privada, a la que se pedirá que acepte un aplazamiento del pago de los bonos griegos, según ha anunciado el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
El presidente francés ha explicado que si las agencias de rating califican este plan de 'impago', los países de la Eurozona garantizarán temporalmente los bonos griegos para que el Banco Central Europeo (BCE) siga inyectando liquidez en el sistema financiero heleno. Por su parte, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha dado a entender que en estas condiciones seguirá aceptando los bonos griegos.
"Lo que vamos a hacer por Grecia, no lo haremos por ningún otro país de la Eurozona", ha dicho Sarkozy, para dejar claro que la reestructuración de la deuda no se extenderá a Portugal e Irlanda. "Para estos dos países excluimos totalmente la participación del sector privado", ha insistido.
No obstante, Lisboa y Dublín sí se beneficiarán de la reducción de los tipos y la ampliación de los plazos de los préstamos de la UE.