
Doce comunidades autónomas no pueden pagar por sí solas las pensiones de sus ciudadanos, por lo que necesitan la ayuda del resto para poder hacerlo. Es el caso de Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, La Rioja, Comunidad Valenciana, País Vasco y Cataluña.
Estas regiones son un ejemplo de la difícil situación por la que atraviesa la sostenibilidad de la Seguridad Social. La fuerte destrucción de empleo, con su consecuente caída de cotizantes, y el envejecimiento de la población están poniendo en un serio aprieto las cuentas públicas.
El desfase entre los ingresos y los gastos es muy diferente dependiendo de cada comunidad. Según informa Expansión, por primera vez, los cotizantes de Cataluña no son suficientes para pagar a los pensionistas y su déficit asciende a 260 millones de euros. El País Vasco desde 2002 ha multiplicado por cinco su agujero, hasta los 1.300 millones.
Asturias, Castilla y León y Galicia son las regiones en las que más pesa el efecto del envejecimiento de la población. Sus saldos negativos son de 1.825 millones, 1.850 millones y 2.000 millones, respectivamente, siempre según la información del rotativo económico.
Sistema solidario
Los desfases en las cuentas de estas regiones es compensado con el superávit generado en otras, gracias al sistema solidario entre las comunidades por el que se rige la Seguridad Social.
Madrid es la comunidad que más ayuda a cuadrar las cuentas gracias a una contribución positiva de 3.667 millones de euros a las arcas de la Seguridad Social. Le siguen Canarias, con 637 millones; Baleares, con 455 millones; Murcia, con 110 millones; y Navarra con 31 millones.