
El creciente desempleo en el país heleno ya representa un problema con el que el Gobierno de Yorgos Papandreu tiene que lidiar. Sin embargo, las recientes medidas de austeridad aprobadas, que acentúan los recortes del gasto público y dificultan el crecimiento económico del país, no mejoran las expectativas sobre una fácil solución.
El descontento aumenta entre los ciudadanos y las protestas se recrudecen en las calles de Atenas, contrarias a las medidas impuestas por la UE y el FMI para que Grecia pueda seguir percibiendo las ayudas internacionales. Una de las quejas es el paro.
El último dato disponible, correspondiente al mes de marzo, era un récord histórico: la tasa de desempleo se situaba en el tercer mes del año en el 16,2%, tres décimas más que en febrero y la más elevada desde 2004, cuando se comenzaron a elaborar las estadísticas mensuales. El desempleo juvenil asciende al 42,5% de la población activa, cerca del 44% de España.
Así las cosas, las previsiones del FMI y la UE, que sitúan en el 14,5% el paro para el conjunto de 2011, parecen demasiado optimistas.
Sin crecimiento no hay empleo
La próxima semana se conocerá el dato de abril y los analistas sospechan que no traerá buenas noticias. "Las nuevas medidas de austeridad pesarán en el mercado de trabajo, tanto de forma directa a través de la severa reducción de sueldos en el sector público o indirectamente, lastrando la recuperación", afirma Tullia Bucco, economista de Unicredit Global Research en Milán.
La acelerada destrucción del mercado laboral griego eleva, a su vez, el coste político de los recortes presupuestarios defendidos por Papandreu y aprobados la semana pasada, con escaso apoyo, en el Parlamento.
"El desempleo es un gran problema, porque crea malestar social y frena al gobierno para tomar todas las medidas que debería", apunta a Blomberg el presidente de una empresa de proveedor de productos sanitarios griega. "Lo único que puede acabar con el paro es el crecimiento, y no hay una sola medida en el último año y medio enfocada al crecimiento", añade.
Grecia ha tenido que aprobar importantes ajustes fiscales y recortes presupuestarios, además de un plan de privatizaciones, para lograr el desbloqueo del quinto tramo del rescate de 110.000 millones de euros, que de a falta del visto bueno del FMI se pagará el 15 de julio.
Este dinero permitirá a Atenas evitar la amenaza inmediata de quiebra, pero sigue necesitando un segundo mecanismo de ayudas, que se espera que también sume otros 110.000 millones de euros y que es probable que se cierre en septiembre.