Economía

"La posición del FMI de que Europa puede solventar sus problemas sin reestructurar deuda es errónea"

Junto con Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard y con el que escribió el magnífico libro "Esta vez es diferente", Carmen Reinhart, del Peterson Instiute for International Economics, es una de las personas que más sabe sobre deuda y el impacto en las cuentas de los distintos países.

elEconomista.es hablaba con ella para analizar los retos que se ciernen sobre la Unión Europea y el papel que juega el Fondo Monetario Internacional, donde ella trabajó, en este asunto. Parece que la reestructuración en Grecia, Irlanda y Portugal está garantizada pero, ¿qué pasará con España?.

Tras el rescate de Portugal... ¿Qué país es el siguiente?

Era evidente que Portugal iba a necesitar ayuda por parte del FMI y la UE para desarrollar una estrategia de ajuste. La situación de Portugal se asemeja mucho a la de Grecia e Irlanda. La pregunta más complicada es qué pasará con el contagio.

Creo que tanto España como Italia han conseguido distanciarse en cierta forma de lo ocurrido en Portugal. De todas formas, cuando las economías están tan relacionadas como lo están en la Unión Europea nunca se puede descartar un contagio.

Aún así creo que las medidas tomadas en España para resolver el problema fiscal o el relacionado con las cajas está funcionando. Es importante tener en cuenta que la situación en Portugal no ha pillado por sorpresa y lleva rumoreándose durante mucho tiempo. Los grandes episodios de contagio implican sorpresas, es decir, sucede algo completamente inesperado. Ese factor sorpresa no existe en el rescate portugués.

¿Por eso los mercados no han reaccionado con sobresaltos?

Exacto. Los mercados han tenido dos factores en cuenta. En la parte política, España ha tomado decisiones importantes para consolidar sus problemas fiscales y atajar los problemas del sistema bancario. Y, por otro lado, el rescate de Portugal era un evento anticipado desde hace meses.

Zapatero ha confirmado que no aspirará a la presidencia el año que viene. ¿Los cambios políticos que se avecinan harán peligrar la integridad de España?

Lo dudo porque creo que lo que ha hecho la crisis para los partidos políticos de ambos bandos es poner de manifiesto que España se encontraba en una situación fiscal muy precaria y eso puede hundir la soberanía del país. Esta es la lección que hemos aprendido históricamente.

En el libro que escribí con mi colega Kenneth Rogoff resaltamos como en el pasado cuando Grecia, Turquía o Egipto se enfrentaron a impagos de su deuda exterior, fueron controlados inmediatamente por los británicos, en el sentido de que sus cuentas fiscales comenzaron a controlarse desde Londres. Creo que los políticos españoles han reconocido que la vulnerabilidad financiera puede dinamitar la soberanía y la agenda política de un país.

El próximo junio conoceremos los resultados de las nuevas pruebas de estrés a la banca. ¿Qué sucederá si los resultados españoles quedan por debajo de lo previsto?

La diferencia tendrá que ser abismal para tener impacto. Por ejemplo, los resultados de los bancos irlandeses han sido en cierta forma peor que lo esperado y no ha sido el fin del mundo. Si los resultados de la banca española son drásticamente peores de lo que estima el consenso entonces veremos una reacción agresiva del mercado porque significara que la corrección fiscal también tendrá que ser mayor.

Muchos dan por asumido que Grecia acabará por reestructurar su deuda. ¿Cómo será dicho proceso?

Eso está por descontado aunque no se cuándo ocurrirá. Los esfuerzos por retrasar ese momento están siendo enormes y los recursos muy caros. Pero es evidente que la situación, con una ausencia de crecimiento, continúa empeorando. Grecia tiene problemas más allá de su deuda. Creo que a lo largo del año es razonable esperar una reestructuración de la deuda griega.

No espero que esto desate un escenario caótico como el argentino, con Grecia abandonando el euro. Este hecho no pillará por sorpresa a los bancos alemanes, franceses o españoles que poseen deuda griega. Cuando llegué el momento seguramente recibirán ayuda adicional por parte de los correspondientes gobiernos para garantizar niveles de capital adecuados.

¿Irlanda y Portugal también seguirán este camino?

Por supuesto. Portugal, Irlanda y Grecia correrán la misma suerte.

¿Cómo definiría el papel que ha jugado el FMI en la crisis de deuda soberana europea?

No creo que haya mucho que esperar de las reuniones de primavera. De todas formas en lo que se refiere a los acontecimientos en Europa el papel del FMI ha sido bastante positivo y ha evitado que la situación pudiera haber provocado un resultado mucho más caótico.

Sin embargo, creo que tanto la posición del FMI como de la UE de pensar que podemos solventar esto sin reestructurar deuda es errónea, completamente errónea. No apoyo la idea de que podemos hacer frente a las masivas responsabilidades de deuda de Portugal, Irlanda y Grecia exclusivamente con ajustes fiscales.

Es aritmética simple, si no puedes reducir el ratio de deuda respecto al PIB a través un incremento sustancial en el crecimiento económico, ya que estos países no cuentan con una divisa individual ni pueden relajar su política monetaria, habrá que hacer algo el numerador, es decir, reestructurar la deuda.

¿Qué papel juega Alemania en la revalorización del euro?

El euro es un conglomerado que refleja las distintas situaciones que tenemos sobre la mesa en estos momentos. Me gustaría hacer referencia a la experiencia que vivimos con el marco alemán cuando se produjo el colapso de Bretton Woods, donde EEUU tenía una política monetaria expansiva.

Por aquel entonces, dicha política era mucho mayor a las necesidades de Alemania y por ello vimos una apreciación del marco alemán cercana al 60% durante los 9 años posteriores a Bretton Woods. Los alemanes tienen un compromiso con el euro pero no es altruista, es sentido común. Hay que preguntarse cómo estaría comportándose el marco alemán en estos momentos si siguiera vigente.

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