Miguel Ángel Fernández Ordoñez, gobernador del Banco de España, pensaba que ya podía empezar a esbozar una tímida sonrisa por su reestructuración y recapitalización del sistema financiero sin embargo, eso fue antes de que el pasado miércoles Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura rechazaran como socio a la Caja de Ahorros del Mediterráneo y su gran proyecto del Banco Base se desmoronara y se quedase sin la que se perfilaba como la quinta entidad del sistema bancario español.
Desde que en 2006 Fernández Ordoñez fuese nombrado gobernador del Banco de España han quedado algunas lagunas en su gestión al frente del sistema financiero español.
Algunos dicen que su problema fue que no quiso ver la realidad de la desastrosa situación. En 2008 España estaba inmersa en la crisis financiera pero Ordóñez sacó pecho diciendo que España tenía el mejor y más sano sistema financiero, en línea con las declaraciones al respecto del Ejecutivo socialista. "Además creyó que la recuperación económica iba a ser más rápida y que iba a permitir cubrir los posibles problemas de capital de las entidades", explica Fernando Fernández profesor del Instituto de Empresa para el diario ABC.
Sectarismo
Su segundo 'pecado' fue el sectarismo. En 2006 Rodríguez Zapatero puso a Ordoñez al frente del Banco de España, decisión muy controvertida ya que el Partido Popular se opuso por ser un candidato "no consensuado" y por su "alto perfil político". Jose María Martínez, secretario general de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos de CCOO declara,"Es muy sectario. Desde la doctrina que profesa es poco flexible. Actúa según su propia ortodoxia".
Prefirió ser 'ministrillo' de Economía. "se preocupo más de rectificar al Gobierno o decir a los sindicatos cómo debíamos actuar, en vez de supervisar el sistema financiero" critica José María Martínez. "Lleva dentro un ministro de Economía" añade el de CC.OO.
El yugo del Gobierno
Según informa el diario ABC, siempre desarrolló su labor bajo el pesado yugo del Gobierno. En 2003 se informó en el Boletín Económico de que los precios de la vivienda estaban "por encima de su nivel de equilibrio". Bancos y Cajas se estaban exponiendo demasiado al sector del ladrillo. Ordóñez era consciente del problema pero los ministros de Economía, primero Rato y luego Solbes, rechazaron la burbuja inmobiliaria. Hasta Emilio Botín negó la evidencia: "No hay burbuja".
Que el Banco de España actuase suponía detener el motor del crecimiento económico español y por tanto enfrentarse a los gobierno de PP y PSOE que no estaban dispuestos a pagar el alto coste electoral. El resultado fue que Ordoñez no hizo nada, no tuvo mano dura y "le falto coraje" le achaca Martínez. De esta manera se colocó el yugo del Gobierno renunciando a su autonomía y arrodillándose ante el poder político.
Llegó tarde
Actuó tarde. Seguramente sea la crítica más repetida al gobernador del Banco de España. Ordóñez dejó correr el asunto hasta que en mayo de 2009 quebró Caja Castilla-La Mancha. "Se tenían que haber tomado medidas cuando en EEUU quebró Lehman Brothers en 2008, pero el Gobierno negó cualquier problema o crisis" dice Martínez.
También pecó de distribuidor y manipulador de Cajas. El Ejecutivo puso en marcha el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el Banco de España animó a las cajas a acogerse a él para fusionarse con otras y reducir así el mapa del sector. Ordóñez quería menos entidades pero más grandes. "Otro error, porque ser más grande no es sinónimo de ser más solvente" concluye Fernández.