Economía

La subida del petróleo dañará más a España y las economías débiles del euro

Los analistas piden al BCE que no se precipite a actuar sobre los tipos de interés. La caída de las rentas tendrá su efecto inmediato en el consumo y de ahí, al empleo.

El escenario de una subida de los tipos de interés motivada por la súbita elevación de la inflación debida a la escalada de los precios del petróleo es el que menos favorece a España, situada en el furgón de cola de la recuperación de la Unión Europea. El objetivo oficial de crecimiento del PIB, que está todavía por debajo del crecimiento medio europeo del año pasado, se verá comprometido, según la mayoría de los analistas. Hasta aquí el consenso de las opiniones.

Lo que parece más claro es que el crecimiento del segundo trimestre de este año sufrirá un traspiés derivado de las tensiones actuales. La cuantía del mismo vendrá determinada por la duración de la desestabilización en el norte de África.

"Lo prudente es esperar y no cambiar las previsiones por los datos de la fase más aguda de la subida de precios. Habrá que ver en qué rango se estabilizan para hacer unas previsiones fiables", señala José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos.

La escalada del crudo ya se había iniciado hace meses como consecuencia de la reactivación económica hasta el extremo que la demanda en 2010 registró el mayor incremento desde 2004 y el segundo más importante desde hace treinta años. Pero la estampida de los precios de los últimos quince días pone en peligro los inestables equilibrios conseguidos el año pasado y comprometen los fundamentos económicos en 2011.

Según los expertos de Ernst & Young Eurozone Forecast, una estabilización del crudo en los 100 dólares el barril reduciría el crecimiento de la eurozona en un 0,1 por ciento en 2011 y un 0,2 por ciento en 2012. Si la estabilización se produce en la zona de los 120 dólares el barril el impacto sería de 0,3 puntos menos en 2011, y de 0,4 puntos menos en 2012. Pero el reparto no será equitativo, sino que afectará más a las economías más débiles. "Los países periféricos de la eurozona, cuyas empresas han visto reducidos drásticamente sus beneficios serán menos capaces de absorber el aumento de los costes de producción y, por ende, deberán reducir más su actividad que los de las economías más fuertes", señalan. A España, por supuesto, que está entre los últimos de la cola de la recuperación europea.

Para José Antonio Herce, de Analistas Financieros Internacionales, no cabe duda que la subida sostenida del precio del petróleo tendrá un efecto en el crecimiento. Las expectativas de incremento de la economía española se fundamentan en gran medida en una aportación positiva de la demanda externa. Si Alemania, Francia y Estados Unidos crecen menos, como consecuencia de la elevación de los precios de la energía, se reducirá su demanda externa y eso perjudicará el crecimiento español. Es pronto para pensar en qué medida puede afectarnos, porque ignoramos si la solución de los problemas políticos será rápida y si se verán involucrados en estos movimientos países con más significación en el mercado internacional de crudo.

De momento, coincide Herce con Feito, la caída de renta es lo más inmediato y la desviación del consumo influirá de alguna manera en el empleo.

La tentación de los tipos

La diferente velocidad de la recuperación entre los diferentes países de la eurozona hacía pensar, antes de las renovadas tensiones en los precios, en que el Banco Central Europeo puede desempolvar la carpeta de los tipos de interés, anclados en el 1 por ciento desde mayo de 2009. Esta posibilidad alarma a los expertos.

El Índice de Precios de Consumo Armonizado en la zona euro está en el 2,4 por ciento, claramente por encima del objetivo de inflación. El Banco Central Europeo ha aceptado como coyuntural esta situación, pero todavía los acontecimientos de inestabilidad no habían operado sobre los mercados.

Los analistas de Ernst & Young consideran que el BCE debe de esperar a ajustar la política monetaria a que se consoliden o no las posiciones del petróleo.

José Antonio Herce apunta que sería un error grave que el Banco Central Europeo se dejara llevar por los acontecimientos y tocara los tipos de interés prematuramente. "Sería, dice Herce, repetir el mismo error que cometieron en el año 2008, cuando abordaron una impetuosa subida de los tipos y luego tuvieron que retroceder, pero ya era demasiado tarde".

Emiliano Carluccio, del Instituto Flores de Lemus, reconoce que cualquier comentario es arriesgado y resume la situación en que si se cumplen las expectativas del mercado y las revueltas no se contagian a otro gran productor de petróleo, la situación seguirá siendo manejable, pero si se desestabiliza un país gran productor la escala de precios sería capaz de precipitar otra fase recesiva de la economía mundial.

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