Irlanda celebra este viernes 25 de febrero elecciones generales anticipadas y, según los sondeos, el Fianna Fail, que ha dominado durante años la política irlandesa, sufrirá un duro revés ante su gran rival, el Fine Gael, partido de centro-derecha. Los irlandeses están llamados a las urnas con la vista puesta en la renegociación del plan de rescate como telón de fondo.
Las dos últimas encuestas publicadas ayer miércoles dieron al Fine Gael entre el 38 y el 40% de intención de voto, contra el 18-20% para de los laboristas y sólo el 14-15% para el Fianna Fail.
El Fine Gael ha logrado capitalizar el descontento existente entre la población por el plan de rescate de Irlanda: ha prometido renegociar los términos del acuerdo, firmado con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en caso de llegar al poder. En su opinión, el tipo de interés promedio del préstamo concedido, del 5,8%, es demasiado elevado. Las encuestas muestran que más del 80% de los votantes desea que se renegocien las condiciones del citado plan.
El líder del Fine Gael, Enda Kenny, viajó a finales de enero a Bruselas y a mediados de febrero a Berlín, para anunciar que exigiría una rebaja de las tasas en caso de ser elegido. Al parecer, que el país tuviera que ser intervenido fue considerado como una humillación por muchos de los 4,2 millones de irlandeses, y muchos analistas consideran que quieren hacérsela pagar al Fianna Fail.
Costó el puesto a Brian Cowen
El descontento popular a raiz de la firma del plan de rescate internacional a finales de 2010 costó su cargo al actual primer ministro Brian Cowen, obligado previamente a anunciar elecciones anticipadas y luego a renunciar a presentarse de nuevo tras una rebelión dentro de su propio partido.
En el último mes, el nuevo líder del Fianna Fail, Micheal Martin, ha tratado de convencer a la población de que al final del plan de rescate y del severo plan de ajuste que lleva asociado hay "crecimiento" y también empleo. No obstante, también ha admitido que se hace necesario renegociar los términos del plan de rescate.
Si el Fine Gael no lograra la mayoría absoluta, todo apunta a que formará coalición con los laboristas, con los que ya gobernó previamente en dos ocasiones. No obstante, muchos creen que esta alianza podría ser delicada, dada las reivindicaciones del líder laborista Eamon Gilmore. No sólo exige que se rebaje la tasa de interés del plan internacional, además ha reclamado que los tenedores de bonos "asuman una parte de la carga", un tema tabú en los mercados.
El problema es que muchos analistas piensan que aunque Irlanda consiga renegociar las condiciones del préstamo, no logrará aliviar la crisis de deuda que vive el país. En su opinión, si es un recorte relativamente pequeño servirá más bien de poco.
Apodada en su momento Tigre Celta, la economía irlandesa está saliendo en la actualidad de una profunda recesión que le obligó a aceptar en noviembre de 2010 un plan de rescate internacional de 85.000 millones de euros. El acuerdo está destinado a ayudar a reducir un déficit público que alcanzó el 32% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2010. La tasa de desempleo se estableció en enero en el 13,4%.