
Los jefes de Estado y de Gobierno de los países del euro han aceptado impulsar el "pacto por la competitividad", exigido por Alemania como condición para admitir un aumento del fondo de rescate de la zona euro.
El objetivo es ampliar la capacidad real del fondo a 440.000 millones. En la actualidad, la necesidad de mantener reservas para lograr su máxima calificación ante las agencias de ráting dejan su capital efectivo en apenas 250.000 millones.
"Se añade al paquete financiero el refuerzo de la coordinación de las políticas económicas de la zona euro para una mayor competitividad", según ha confirmado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en su página de Twitter. Un acuerdo al que se han opuesto parcialmente Bélgica y Austria.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han presentado esta iniciativa para fomentar la convergencia económica en la región como una respuesta "estructural" a la crisis de la zona euro, tras las medidas "de urgencia" adoptadas el año pasado, para salir al rescate de Grecia e Irlanda.
"Queremos que 2011 sea el año de la confianza recuperada", dijo Merkel, quien explicó que el pacto constituirá un acuerdo intergubernamental entre los países de la zona euro, al que podrán unirse todos los Estados europeos interesados, aunque no pertenezcan a la unión monetaria.
La manera en que se abordará el camino hacia una mayor convergencia y coordinación económica se concretará en la próxima cumbre que se celebrará a finales de marzo. En ese momento también se concretará la ampliación del fondo de rescate y su flexibilización.
Medidas concretas
Aunque ninguno de los dos líderes ha mencionado las iniciativas concretas que van a constituir este pacto, Merkel ha avanzado algunas de sus ideas, como la eliminación de las cláusulas de subida salarial indexadas a la inflación, una mayor armonización fiscal, la prohibición por ley de déficit públicos excesivos o el aumento de la edad de jubilación.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dio ayer su apoyo a este pacto impulsado por Alemania y Francia, durante la visita de Merkel a Madrid, aunque evitó pronunciarse sobre algunos aspectos como la subida salarial ligada a la productividad, que dejó en manos de los agentes sociales.
Está previsto que los dirigentes europeos encarguen a Van Rompuy que inicie una ronda de consultas con los líderes de la zona euro para identificar "vías concretas para avanzar" en la convergencia, de cara a esa mencionada mejora de la competitividad.
Este pacto por la competitividad ha sido interpretado como la contrapartida exigida por Berlín como condición para aumentar la capacidad de financiación del fondo de rescate, del que Alemania es el principal contribuyente.
El reforzamiento del fondo forma parte de un conjunto de medidas más amplio que incluye un incremento de la vigilancia sobre los países sometidos a presiones del mercado -como por ejemplo España o Portugal, aunque el borrador no las cita expresamente- por parte de la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
También incorpora una mejora de las condiciones de los programas de asistencia financiera a Irlanda y Grecia (aunque no especifica en qué términos), la celebración de una nueva ronda de exámenes de solvencia a la banca o el endurecimiento de la disciplina fiscal.