
Con la apertura hoy de una corta y nueva línea entre Perpiñán (Francia) y Figueras, los trenes de alta velocidad atravesarán los Pirineos, lo que permitirá ganar hora y cuarto entre París y Barcelona. En un futuro, el trayecto podrá acortarse otras tres horas.
Esta nueva línea transpirenaica de 44,4 km (19,8 km en España y 24,6 km en Francia) estaba terminada desde febrero de 2009, pero no estaba habilitada por falta de empalme con el lado español. Fue construida por un consorcio privado que agrupó a las constructoras francesa BTP Eiffage y a la española ACS Dragados.
La separación de rieles entre Francia y España es diferente y por ello los trenes procedentes de Francia no pueden ir más allá de Figueras.
Los españoles debieron por tanto construir una estación llamada en catalán "Figueres Vilafant", en los alrededores de la ciudad natal de Salvador Dali, de donde se podrá cambiar de tren para proseguir hasta Barcelona o Girona, en los trenes clásicos españoles.
Pese a este cambio que hará perder entre 15 y 20 minutos, el tiempo de recorrido entre París y Barcelona será reducido de las actuales 8 horas 40 a 7 horas 25. Dos trenes ida y vuelta cubrirán cada día este trayecto.
Cuando la nueva vía férrea tenga la misma separación a ambos lados de la frontera -en España deberán adaptarse a la de Francia- hacia 2012 o 2013, los TGV entre París y Barcelona tardarán sólo 5 horas y 35 minutos.
En los años 2020, el recorrido podrá reducirse a 4 horas 30, si la línea de alta velocidad está terminada en Francia, como está previsto, entre Nimes (sur) y Perpiñán.